Estudios Bíblicos en Siguiendo sus Pisadas

Los hermanos de Jesús

Lectura: Mateo 13:53-57; Marcos 6:1-3

Hablemos de los hermanos de Jesús, hijos de María y de José. La Biblia nos menciona a 4 hermanos, que se llamaban Jacobo, José, Simón y Judas, y a "sus hermanas". Dos de ellos los conocemos además por haber escrito dos epístolas, que son Santiago (Jacobo) y Judas.

Hay varias cosas interesantes que podemos observar en este pasaje:

· La gente se escandalizaba. Veían la sabiduría del Señor, pero ... no era "lógico" que siendo la persona que era (un hijo de un carpintero) hablara de esa forma. Ni aún sus hermanos creían en él, nos dice otro pasaje (leer Juan 7:1-4. ¿Pero acaso no veían su sabiduría? Sí, no ponían en duda eso, sino que fuera el Hijo de Dios. ¿Pero por qué? Una posible respuesta la encontramos en Jn. 7:7, y que tiene concordancia con lo que dice Jn. 3:19-21. Es una elección personal el creer o no en Cristo, y los hermanos del Señor no lo hicieron en un primer momento, aún habiendo tenido la oportunidad de convivir toda su vida posiblemente con Jesucristo. Otro caso en que la mente humana no pudo comprender la obra de Dios está Hechos 4:13. En este caso, la compañía de Jesús había producido en ellos un cambio tan profundo que la gente no los reconocía.

· Este comportamiento de la gente en Nazaret también nos enseña otra cosa a nosotros: Que encontraremos oposición en cualquier servicio que emprendamos para Dios, tanto de los de afuera, como de los de la familia, con argumentos como "¿y este quien es para hacer esto?". En especial hay un texto referido a la juventud en 1 Timoteo que nos dice: 1 Timoteo 4:12.

· También nos enseña el pasaje que en general es más difícil trabajar entre los de la familia, los que conviven con uno. Este fue el caso del Señor, puesto que todo el mundo en su ciudad le conocía como el carpintero, y no podía creer que fuera el Hijo de Dios. ¿Suponemos que "los grandes hombres" siempre están en otro lado? ¿O será que no sabemos reconocer a los que trabajan para Dios entre nosotros? Pero la reflexión que nos queda a nosotros es: es más difícil trabajar entre los que nos conocen, como le sucedía al Señor, o, preferimos trabajar entre los que no nos conocen justamente por eso: porque no nos conocen? El motivo de que el Señor no demostrara su poder en Nazaret no fue porque no pudiera hacerlo, sino porque nadie creía necesitar de Cristo. ¡Que error! Pero es un error que vemos a diario a nuestro alrededor, y en el que a veces incluso caemos nosotros.

Juan 7 nos muestra a los hermanos del Señor yendo a la fiesta de los tabernáculos. Hubieron palabras sarcásticas para el Señor: muestra tu poder en Judea, si realmente eres el Mesías... Los hermanos del Señor hacían como bien les parecía, sólo teniendo en cuenta sus propios deseos, por eso es que su tiempo "siempre estaba presto". El Señor respondía al tiempo de su Padre, y esa es su respuesta. El mundo no podía aborrecer a los hermanos, porque ellos eran parte del mundo, del sistema. No estaban a favor de Cristo, sino del mundo. Cuidado cuando de nosotros se puede decir "el mundo no os puede aborrecer... " Significa que no estamos testificando, mostrándole su pecado. Los hermanos de Jesús iban a una fiesta religiosamente. Había ritos y ceremonias, pero no había un corazón que realmente amara a Dios y le creyera. ¿No observamos lo mismo hoy cuando se celebra la Pascua o la Navidad? El hombre está cómodo y se divierte, pero la persona de Jesucristo incomoda a la persona incrédula. ¿Por qué se hacen procesiones, y ofrendas, y sacrificios? Porque es más fácil que humillarse ante Dios.
Los hermanos fueron a la fiesta que era figura del reinado futuro del Mesías dejando atrás a la persona que llevaría la corona.
Y estamos de acuerdo todos en pensar acerca de los de afuera, pero mirémosnos un poco también nosotros: ¿no hacemos a veces cosas para Dios, pero nos olvidamos de llevar al Señor? ¿o algunas cosas relacionadas con la iglesia no se vuelven sólo una rutina? ¿o hacemos alguna tarea pensando que es para Dios, pero en nuestro tiempo y no en el de Dios?

Otros textos mencionan a uno de los hermanos del Señor, Jacobo, pero nos lo muestran distinto: ya no es lo que antes, ahora es un creyente:
1 Corintios 15:7; Gálatas 1:19, 2:9,12 Tuvo un encuentro físico con el Señor luego de la resurrección, pero tuvo aún un encuentro más importante con el autor de la vida, a quien a partir de ese momento sirvió humildemente.
Mt 12:50; Heb. 2:11,12 En este tiempo el Señor nos llama sus hermanos, y lo somos. ¿Qué nos queda? Aprender de las virtudes y errores de los hermanos terrenales del Señor.