ESTUDIO 1:
LAS ENSEÑANZAS DE JESÚS

Pasaje: Mr. 1:14-20.

OBJETIVOS DEL ESTUDIO

1. Entender que Jesús fue el Maestro por excelencia y su ministerio estuvo vinculado con la
enseñanza.

2. Conocer la preparación de Jesús de Nazaret para el ministerio de enseñanza.

3. Establecer los principales grupos de la enseñanza de Jesús.

4. Distinguir algunos conceptos en relación con las enseñanzas de Jesús.

5. Hacer una introducción al Sermón del Monte.

6. Aplicar el estudio a la vida personal.

TAREAS

1. Dedicar tiempo a la oración pidiendo la ayuda y dirección del Señor sobre el estudio y
su posterior aplicación personal.

2. Dar un repaso general a los evangelios anotando los principales grupos de enseñanza de
Jesús que descubramos durante el mismo.

3. Volver a hacer el estudio con ayuda de las notas y contrastar los resultados. 4.
Responder a las preguntas de repaso.

INTRODUCCIÓN.

Los evangelios presentan a Jesús como el Maestro por excelencia. Su actividad enseñando está
abiertamente confirmada por los relatos bíblicos, tanto por los tres sinópticos, como por el de
Juan. Sin embargo, no es posible considerar su ministerio de enseñanza desvinculándolo de su
Persona y obra en general . Las enseñanzas de Cristo distan mucho de las enseñanzas de los
maestros que Dios levantó a lo largo del tiempo. Estos tenían que enseñar exponiendo lo que
encontraban en la Escritura, o manifestando las revelaciones recibidas si eran profetas. Jesús de
Nazaret enseñó con otro tipo de autoridad, la que le confería su condición de Hijo de Dios (Jn.
1:14). Las gentes notaron inmediatamente que había una diferencia notable en la enseñanza de
este Hombre y del resto de los maestros: Jesús les hablaba como "quien tenía autoridad" (Mr.
1:22).

Las enseñanzas del Jesús están recogidas en los evangelios. Es preciso la lectura pormenorizada
de cada uno de ellos para conocer el contenido pleno de lo que el Señor enseñó. Mateo y Lucas
presentan en su contenido muchas enseñanzas que no aparecen en los otros dos evangelios, por
lo que deben servir de pauta para establecer el conjunto de las enseñanzas. Sin embargo es
preciso tener en cuenta las particularidades que hay en el enfoque de los mismos evangelios.
Mateo está orientado especialmente a los judíos, y su énfasis principal consiste en demostrar
que Jesús es el Rey prometido. La gran pregunta de Mateo es esta: "Si Jesús es el Rey ¿donde
está el reino?". En razón del tema general las enseñanzas del Señor se agrupan y presentan muy
relacionadas con el mismo. Lucas es un evangelio orientado a presentar a Jesús como el
Hombre perfecto que cumple y culmina todas las aspiraciones de los hombres. El carácter
humano de Jesús, que se presenta en el texto bíblico, condiciona la presentación de las
enseñanzas que figuran en el mismo. Marcos es mucho más breve y sencillo que los otros dos,
pero parece estar fuera de toda duda, que ha sido el primero de los evangelios y, por tanto, ha
servido como pauta y aún como fuente de materiales para los otros dos. Los tres, sin embargo,
son imprescindibles a la hora de conocer y estudiar "Las enseñanzas de Jesús". El cuarto
evangelio es muy diferente en enfoque y contenido. El plan de Juan es distinto al de los otros.
Está interesado más bien en la naturaleza y persona de Jesucristo, y el significado de la fe en Él.
La estructura de este evangelio lo distingue de los sinópticos especialmente en que no contiene
parábolas, hay menos milagros detallados -cinco de los cuales no aparen en los otros- y en
cambio figuran muchas entrevistas personales. La enseñanza de Jesús debe seleccionarse en
esas entrevistas, algunas rodeadas de confrontaciones personales, y luego en el grupo específico
de instrucciones a sus discípulos en el tiempo de la última cena (13:1-16:33). En este primer
estudio se hace una introducción general a las enseñanzas de Jesús.

I. JESÚS EL MAESTRO.

1. El maestro.

1.1. Jesús enseñaba.

1.1.1. Se afirma esto continuamente en los evangelios (Mt. 5:2; 7:29; 13:54; Mr. 1:21,
22; 2:13; 4:2; 10:1; 11:17; Lc. 4:15, 31; 5:3; 6:6; Jn. 8:2).

1.1.2. Cuarenta y cinco veces se vincula en los evangelios a Jesús con la enseñanza.

1.1.2. Enseñaba a las gentes en general y a los discípulos en particular.

1.2. Jesús enseñaba en toda ocasión.

1.2.1. Lo hacía continuamente en los lugares en que las gentes se encontraban.

(1) En la montaña (Mt. 5:2).

(2) En las sinagogas (Lc. 4:15).

(3) A la orilla del mar (Lc. 5:3).

(4) En las casas (Mr. 2:1,2)

(5) En el templo (Lc. 19:47).

1.2.2. Lo hacía sistemáticamente.

(1) Lo hacía habitualmente (Mr. 10:1).

(2) Enseñaba los sábados (Mr. 1:21; Lc. 4:31; 6:6; 13:10).

(3) Lo hacía diariamente (Lc. 19:47).

1.3. Jesús enseñaba en distintas maneras.

1.3.1. Directamente a las gentes como maestro (Mt. 5-7).

1.3.2. Por medio de parábolas (Mr. 4:2).

1.3.3. En modo particular y personal a los discípulos (Mr. 7:17).

1.4. Jesús enseñaba con autoridad.

1.4.1. Admirando a las gentes que lo escuchaban (Mt. 7:28-29).

1.4.2. Lo distinguía de los escribas, maestros de su tiempo (Mt. 7:29).

1.4.3. Aquellos maestros eran meros repetidores de enseñanzas tradicionales e
interpretaciones escolásticas de sus escuelas teológicas.

1.4.4. Jesús tenía autoridad.

(1) "Cristo hablaba como un juez que da su sentencia; sus lecciones eran
leyes; sus palabras mandatos".

1.5. Jesús continuó enseñando después de Su resurrección.

1.5.1. A los discípulos durante el tiempo entre la resurrección y la ascensión (1:3).

1.5.2. En la preparación para el apostolado de Pablo (Gá. 1:11-12).

2. La enseñanza de Jesús.

2.1. Una enseñanza ocasional más que sistemática.

2.1.1. Los temas de la enseñanza, su presentación y aplicación dependían en gran
medida de la ocasión (Mt. 5:1-2).

2.1.2. Alguna pregunta que le formulaban o incluso algún incidente ocurrido le daban
el tema para la enseñanza.

(1) Preguntas que daban lugar a la enseñanza (Mt. 9:28; 22:35; Lc. 18:18).

(2) Incidentes que daban lugar a la enseñanza (Mt. 12:24-37).

2.1.3. Sólo en contadas ocasiones el Señor pronunció discursos de enseñanza.

2.1.4. El Señor no exponía un sistema de verdad teológico, sino más bien
experimental.

(1) Enseñaba verdades para que las gentes la comprendieran y vivieran conforme
a ella.

2.2. La enseñanza de Jesús es concreta más bien que abstracta.

2.3.1. No hay largos discursos sobre aspectos teológicos de la verdad.

2.3.2. Enseña con un lenguaje llano que todos pueden comprender.

2.3.3. Utilizó ejemplos de la vida cotidiana.

(1) Pájaros y flores (Mt. 5:26, 28).

(2) El trabajo de un sembrador (Mt. 13:1-8).

(3) Plantas como trigo o mostaza (Mt. 13:1-32).

(4) La vida familiar (Lc. 11:11ss).

(5) Situaciones inoportunas (Lc. 11:5-13).

(6) Niños jugando (Lc. 7:32).

(7) Barrer la casa (Lc. 15:8).

(8) Remendar la ropa vieja (Mt. 9:16).

2.3.4. Utilizó ampliamente las parábolas.

2.4. Jesús procuró conducir a la reflexión personal.

2.4.1. La enseñanza de Jesús procuraba guiar a los hombres a la verdad.

2.4.2. Jesús no era el maestro que instruía a los discípulos sin dejarlos investigar por
sí mismos, sino al contrario.

2.4.3. Estimulaba la reflexión con preguntas concretas, que despertaban el interés del
oyente.

(1) Al escriba: "¿Qué está escrito? ¿Cómo lees?" (Lc. 10:26).

(2) A los fariseos: "¿Qué pensáis del Cristo?" (Mt. 22:41).

(3) A los discípulos: "¿Quién decís que soy?" (Mr. 8:17).

2.4.4. Estimulaba a la reflexión con afirmaciones que servían para la reflexión (Mt.
5:13,14).

2.4.5. Dosificaba la enseñanza de modo que hubiera tiempo suficiente para asimilarla.

2.5. La enseñanza de Jesús fue con autoridad.

2.5.1. Era directa de Sí mismo y nunca se refirió en ella a maestros de su tiempo para
confirmarla.

2.5.2. Apelaba directamente a los hombres enfrentándolos con la voluntad de Dios.

2.5.3. La autoridad de Cristo impactaba (Mt. 7:28-29; Jn. 7:46).

2.6. La enseñanza de Jesús fue paradójica y controversial.

2.6.1. Mucha de ella contradice el pensamiento natural del hombre.

(1) Tal es el caso de las bienaventuranzas (Mt. 5:3-12).

2.6.2. Era habitualmente controversial, al oponerse abiertamente a la enseñanza
tradicional de los maestros de su tiempo.

2.6.3. La enseñanza de Jesús produjo abiertas polémicas entre los oyentes.

3. La preparación para su enseñanza.

3.1. Es preciso recordar siempre que Jesús de Nazaret es Dios manifestado en carne (Jn.
1:1; 1:14, etc.).

3.2. Sin embargo su humanidad funcionó de igual manera que la de los hombres.

3.2.1. Jesús crecía tanto en estatura como en sabiduría (Lc. 2:40).

3.2.2. Las perfecciones divinas son comunicadas a la humanidad de Jesús, mediante la
Persona Divina del Hijo de Dios, que la sustenta.

3.3. Es hombre perfecto, en toda su dimensión, sin embargo se manifiesta "en semejanza de
hombre" (Ro. 8:3; Fil. 2:7).

3.2.1. Concebido en María por obra del Espíritu Santo (Lc. 1:35).

3.2.2. Gestado y alumbrado como los hombres (Lc. 1:38; 2:7).

3.2.3. Poseedor de los elementos esenciales en toda naturaleza humana.

(1) Cuerpo humano (Gá. 4:4; Lc. 5:22; Mt. 26:26, 28; Mr. 14:8).

(2) Alma humana (Mt. 26:38; Mr. 14:34).

(3) Espíritu humano (Lc. 23:46; Jn. 11:33; 19:30).

3.2.4. Sin embargo, si era "semejante" entraña alguna diferencia.

3.2.5. Una primera diferencia notoria es que su naturaleza humana y sólo la suya,
desde el mismo instante de la concepción fue puesta en unión personal con y en la
Persona Divina del Hijo de Dios, y que viene a ser el sujeto de atribución de aquella
humanidad.

3.2.6. Una segunda diferencia tiene que ver con la total ausencia de pecado en la
humanidad de Jesús (2 Co. 5:21).

3.3. Una humanidad admirable.

3.3.1. "En todo semejante a sus hermanos (He. 2:17), pasó su infancia y su niñez
como los demás niños: ‘crecía en estatura y se fortalecía en su cuerpo, llenándose
de sabiduría en su alma humana’. Mientras que otros niños son débiles en
entendimiento y resolución, Él era fuerte en su espíritu: Por obra del Espíritu
Santo, su alma humana adquiría un vigor extraordinario. Mientras otros niños
tienen la necedad atada en su corazón, Él estaba lleno de sabiduría. Todo cuanto
decía y hacía estaba bien dicho y bien hecho, con una sabiduría superior a su edad.
Mientras que otros niños muestran bien temprano la corrupción de la naturaleza,
pues en ellos crecen juntamente la cizaña del pecado y el trigo de la razón, en él
todo era sano, pues ‘la gracia de Dios estaba sobre Él’: estaba muy alto en el amor
y en el favor de Dios".

3.4. La conciencia mesiánica en Jesús.

3.4.1. La conciencia del hombre responde en conformidad con la capacidad de su
propio desarrollo.

3.4.2. Cristo tenía conciencia clara de quién era y de la relación especial que tenía
con Dios (Lc. 2:49).

3.4.3. Jesús dio a entender a sus padres que su objetivo principal en este mundo era
hacer la voluntad de su Padre celestial (Jn. 4:34; He. 10:7).

3.4.4. La conciencia mesiánica estuvo presente siempre en Jesús, aunque su
consolidación y extensión obedecía a la capacidad natural de su humanidad.

3.5. La enseñanza familiar recibida.

3.5.1. Fue el primer elemento en las fuentes para la enseñanza de Jesús.

3.5.2. Jesús fue enseñado en su hogar de Nazaret como los otros niños judíos.

3.5.3. Las verdades fundamentales de la fe judía, sustentadas en la Escritura.

(1) La enseñanza sobre el único y verdadero Dios.

(2) La revelación de Dios en por Su Palabra.

(3) La historia del pueblo de Dios, con todas sus incidencias y bendiciones.

(4) Las profecías sobre la venida del Mesías libertador.

3.5.4. La enseñanza correspondía a los padres, pero no cabe duda de que la
instrucción más personal y particular la recibió de su madre María.

3.5.5. Con toda seguridad María le habló de los notables incidentes relacionados con
su concepción, nacimiento e infancia.

3.6. La enseñanza recibida en la sinagoga.

3.6.1. El Señor estuvo vinculado con la enseñanza de los maestros desde su infancia.

3.6.2. La enseñanza en el templo de Jerusalén es una evidencia (Lc. 2:46).

3.6.3. La asistencia a la sinagoga cada sábado fue una de sus costumbres (Lc. 4:16).

3.6.4. Durante su infancia y juventud escuchó las explicaciones sobre la Escritura y
acompañó a los otros conciudadanos en la lectura de la misma.

3.7. La lectura y estudio del Antiguo Testamento.

3.7.1. Las citas bíblicas están continuamente en su boca.

3.7.2. Las respuestas a Satanás en la tentación (Mt. 4:4, 7, 10).

3.7.3. La exposición detallada de muchos párrafos de la ley (Mt. 5:21, 27, 31, 33, 38).

3.7.4. Hizo referencia a relatos históricos del Antiguo Testamento (Lc. 12:3-4).

3.7.5. En la cruz, recitó total o parcialmente alguno de los Salmos.

(1) Después de las horas de tinieblas (Mt. 27:46).

(2) En el momento de entregar el espíritu (Lc. 23:46).

3.8. Su íntima comunión con Dios.

3.8.1. Fue la principal fuente de la enseñanza de Jesús.

3.8.2. Escuchó y aprendió acerca de Dios, como se ha considerado antes.

3.8.3. Vivió en íntima comunión con Dios, teniendo una visión propia y personal de
Dios, para afirmarlo en sus enseñanzas (Mt. 5:8).

3.8.4. En el cuidado y provisión del Padre podría muy bien estar hablando desde su
propia experiencia, como hombre, ya que según su propia afirmación no tenía como
propio ni donde reclinar su cabeza (Mt. 8:20).

3.8.5. Jesús podía enseñar a los hombres acerca de Dios, porque conocía a Dios.

4. La armonía de la enseñanza de Jesús con la tradicional de los judíos.

4.1. Jesús aceptaba como inspirada la Escritura (Mt. 5:18).

4.2. La enseñanza del judaísmo entró pronto en conflicto con la de Cristo.

4.2.1. La enseñanza de los maestros de Su tiempo era, en su mayor parte, formal y
legalista.

4.2.2. Hacían énfasis en los aspectos externos de la ley, fomentando el espíritu de
orgullo y arrogancia propios (Mt. 6:1).

4.2.3. Jesús no vaciló en llamarles hipócritas (Mt. 23).

4.2.4. Al enfrentarse a los asuntos tradicionales incurrió en el odio de los religiosos
de Su tiempo, que decidieron eliminarlo (Mt. 26:4).

4.3. La enseñanza de Jesús no era legalista sino espiritual.

4.3.1. Estaba en armonía con la enseñanza espiritual contenida en la Palabra, para la
vida de los hombres.

4.3.2. Consideró al pueblo de Israel como el pueblo escogido por Dios y destinado a
ejecutar Sus propósitos.

4.3.3. Jesús enfatizó los elementos internos, éticos y espirituales de la religión.

4.3.4. El judaísmo de los tiempos de Jesús se desenvolvía entorno al formalismo
religioso y nacionalista, excluyendo el contenido ético y espiritual.

4.3.5. Trascendió a la enseñanza tradicional sobre lo que contamina al hombre (Mr.
7:10).

4.3.6. Superó la enseñanza sobre el divorcio, apelando a un contenido permanente y
más antiguo que era el ideal divino para el matrimonio (Mt. 19:3-9).

5. Las enseñanzas de sus acciones.

5.1. Cada una de las acciones de Jesús, registradas en los relatos del evangelio, son en sí
mismas una perfecta enseñanza.

5.2. El estudio de los milagros y acciones del Señor sirven para revelar obras divinas
mediante las cuales se conoce más profundamente a Dios.


II. LAS ENSEÑANZAS DE JESÚS.

1. Las fuentes.

1.1. No hay otros escritos para conocer las enseñanzas de Jesús, que los cuatro evangelios.

1.2. Algunas otras enseñanzas directas a los apóstoles figuran en las epístolas.

1.2.1. Especialmente en cuanto a las enseñanzas de Pablo, que las recibió directamente del
Señor (Gá. 1:11-12).

1.2.2. Referencias a los mandamientos o enseñanzas del Señor, son frecuentes (cf. 1 Co. 7:10).

1.3. Es necesario estudiar con detalle los evangelios para establecer las principales enseñanzas
de Jesús.

1.4. Las enseñanzas de Jesús en los evangelios son aquellas que el Espíritu reservó para el
conocimiento del cristiano.

1.5. Hay otras cosas que hizo que no quedaron registradas (Jn. 21:25).

2. Los evangelios.

2.1. Hay una notoria diferencia entre los tres primeros llamados "sinópticos" y el cuarto
evangelio.

2.2. Los tres primeros presentan una estructura semejante en cuanto a contenido y progresión,
aunque cada uno de ellos tiene un objetivo definido que lo distingue del resto.

2.3. El cuarto evangelio trata especialmente de manifestar la deidad de Jesús de Nazaret, sin
olvidar su humanidad especialmente en razón del gnosticismo que negaba la verdadera
naturaleza humana del Señor.

2.4. En razón de sus peculiaridades refieren las enseñanzas de Jesús.

2.5. Las enseñanzas pueden agruparse.

2.5.1. Enseñanzas a los discípulos.

2.5.2. Enseñanzas a personas.

2.5.3. Enseñanzas en relación con escribas y fariseos.

2.5.4. Enseñanzas en el aposento alto.

3. Armonía de las enseñanzas de Jesús.

3.1. Enseñanzas a los discípulos.

Enseñanza. Mateo. Marcos. Lucas Juan

1. Sermón del Monte 5:1-8:1 6:19-49

2. Instrucciones a los doce. 10:1-42 3:13-19 6:12-19

3. Enseñanzas sobre el reino. 13:1-53 4:1-34 8:4-18

4. Otras enseñanzas. 18:1-35 9:33-50 9:46-50

5. Sermón profético 24:4-25:45 13:1-37 21:5-36.

3.2. Enseñanzas a Personas.

Enseñanza Mateo Marcos Lucas Juan

1. Nicodemo. El nuevo nacimiento. 3:1-21.

2. Samaritana. La adoración. 4:5-42.

3. Pedro: Recompensas en el reino 19:27- 10:17-31 18:18-30

20:16.

4. Discípulos de Juan: Ayuno. 9:14-17 2:18-22 5:33-39

5. Discípulos de Juan: El Mesías. 11:2-19 7:18-35

6. Gentes: El Pan de Vida. 6:22-58.

7. Gentes y discípulos: Humildad 12:20-50.

3.3. Enseñanzas en relación con escribas y fariseos.

Enseñanza Mateo. Marcos. Lucas. Juan.

1. El día de reposo. 12:1-8. 2:23-28. 6:1-5.

2. La misericordia. 12:9-13 3:1-6. 6:6-11.

3. El pecado imperdonable. 12:25-37. 3:22:30. 11:17-23.

4. Demanda de señales. 12:38-45. 11:24-36.

5. Tradiciones. 15:1-20. 7:1-23.

6. Hipocresía. 23:1-36. 12:38-40. 20:45-47

7. Jerusalén. 23:37-39.

8. La deidad de Cristo. 5:1-47.

9. La luz del mundo. 8:12-59.

10. El Buen Pastor 10:1-18.

11. Otra enseñanza sobre Su deidad. 10:22-42.

3.4. Enseñanzas del aposento alto.

Enseñanza. Mateo. Marcos. Lucas. Juan.

1. Lavamiento de los pies. 13:1-20.

2. Distintivo del discípulo. 13:31-38.

3. La Cena del Señor. 26:26-29. 14:22-25. 22:15-20.

4. El cielo. 14:1-14.

5. El Espíritu Santo. 14:15-26.

6. La paz. 14:27-31.

7. El fruto del creyente. 15:1-17.

8. El mundo. 15:18-16:6

9. La obra del Espíritu. 16:1-15.

10. El regreso de Cristo. 16:16-33.

11. La oración sacerdotal. 17:1-26.

III. ENSEÑANZAS SOBRE EL REINO Y LA LEY.



A) El reino.

1. La enseñanza sobre el reino.

1.1. Jesús enseñó y predicó sobre el reino.

1.1.1 Así comenzó su ministerio (Mr. 1:14-15).



1.1.2. Hay varias referencias al mismo en el "Sermón del Monte" (5:3, 10, 19, 20; 6:33; 7:21)

1.1.3. Abundan las referencias y enseñanzas sobre el reino en todo su ministerio.

1.1.4. Después de la resurrección siguió instruyendo a los discípulos sobre el reino (Hch. 1:3).

1.2. Es un extenso e importante tema en la enseñanza del Señor.

1.3. Debe ser comprendido en su alcance y significado, para entender la enseñanza de Jesús.

2. Posición dispensacional distintiva.

2.1. Se establece una distinción entre "reino de los cielos y reino de Dios"

2.2. Reino de los cielos.

2.2.1. Expresión peculiar en el evangelio según S. Mateo.

2.2.2. Significa el gobierno mesiánico de Jesús, el Hijo de David, sobre el mundo.

2.2.3. El calificativo se toma de la profecía de Daniel (2:24-36, 44; 7:23-27).

2.2.4. Se entiende como el reino que el Dios del cielo establece sobre la tierra después de la
destrucción del poder gentil.

2.2.5. Es el reino pactado con David (2 S. 7:7-10).

2.2.6. Confirmado por los profetas (Zac. 12:8).

2.2.7. Confirmado a María en la anunciación (Lc. 1:32, 33).

2.3. Reino de Dios.

2.3.1. Entienden que se distingue del "reino de los cielos" y que no es una expresión sinónima
de la misma, señalando cinco aparentes divergencias

2.3.2. Universalidad y limitación.

(1) El reino de Dios es universal y comprende a todos los seres que se sujetan voluntariamente a
la autoridad de Dios en cualquier dispensación (Lc. 13:28, 29; He. 12:22, 23).

(2) El reino de los cielos es mesiánico y tiene por objeto establecer el reino de Dios en la tierra
(Mt. 3:2; 1 Co. 15:24, 25).

2.3.3. Acceso.

(1) Al reino de Dios se entra sólo por el nuevo nacimiento (Jn. 3:3. 5-7).

(2) El reino de los cielos en el presente es la esfera de la profesión de fe cristiana, que puede
ser falsa o genuina (Mt. 13:3; 25:1, 11, 12).

2.3.4. Cosas comunes.

(1) Como el reino de los cielos es la esfera terrenal del reino de Dios, tienen ambos casi todas
las cosas en común.

(2) Por esta razón muchas enseñanzas sobre "el reino de los cielos" en Mateo, se repiten para el
"reino de Dios" en Lucas.

(3) La distinción se establece por omisión de asuntos que por su naturaleza no pueden aplicarse
al reino de los cielos.

2.3.5. Dos formas de manifestarse.

(1) El "reino de Dios" no viene con manifestaciones externas (Lc. 17:20), es más bien interior y
espiritual (Ro. 14:17).

(2) El "reino de los cielos" ha de manifestarse glorioso en este mundo (Lc. 1:31-33; 1 Co.
15:24; Mt. 17:2).

2.3.6. Concordancia futura.

(1) Ambos, "el reino de Dios" y el "reino de los cielos", han de ser uno cuando sea entregado
por Cristo al Padre (1 Co. 15:24-28).

2.4. Dificultades.

2.4.1. Surgen en la hermenéutica distintiva del sistema.

2.4.2. Tal posición exige distinguir tres aspectos en el concepto de "reino de los cielos" que
aparecen en el evangelio según Mateo.

2.4.3. "Reino en proximidad" (Mt. 3:2)

(1) Se acerca en la persona del Rey, pero que no se realiza por haberlo rechazado (Mt.
12:46-50).

2.4.4. "Reino en misterio" (Mt. 13:1-52).

(1) El "reino de los cielos" en la dispensación actual, como una esfera de profesión de fe
cristiana.

2.4.5. "Reino milenial" (Mt. 24:29-25:46).

(1) Se establecerá con la venida del Señor en gloria (Lc. 19:12-19; Hch. 14:14-17).

2.5. No cabe duda que existen algunas diferencias entre aspectos del reino, antes citados, pero
cuyas diferencias son más bien matices que verdaderas distinciones.

2.6. La división de los dos aspectos exige un juego hermenéutico sumamente complejo y no
siempre correcto.

2.7. La interpretación de que el reino en el tiempo presente es una esfera de "profesión",
dificulta notablemente la enseñanza de Jesús a Nicodemo sobre la entrada el reino.

3. Posición dispensacional moderada.

3.1. Calificativos.

3.1.1. Los títulos de "Reino de Dios" y "Reino de los Cielos", son expresiones sinónimas.

3.1.2. Los distintivos sobre aspectos concretos se establecen en la interpretación y el entorno
textual del pasaje.

3.1.3. Es evidente que en pasajes paralelos se usan los términos "reino de Dios" y "reino de los
cielos" indistintamente.

(1) En el llamado al arrepentimiento (Mt. 4:17; comp. Mr. 1:15).

(2) En parábolas del reino

a) La mostaza (Mt. 13:31; comp. Mr. 4:30,31; Lc. 13:18, 19).

b) La levadura (Mt. 13:33; comp. Lc. 13:20:21).

(3) En referencias a enseñanzas de Cristo mismo.

a) Sobre los misterios del reino (Mt. 13:11; comp. Mr. 4:11).

b) Sobre la entrada al reino (Mt. 18:13; comp. Mr. 10:15; Lc. 18:7).

c) Sobre el problema de la entrada de quienes confían en las riquezas (Mt. 19:23; comp. Mr.
10:23; Lc. 18:24).

(4) En las referencias al reino en los dos relatos del "Sermón del Monte"

a) Mateo utiliza siempre "reino de los cielos", mientras que Lucas usa "reino de Dios".

3.2. Antecedentes del reino en el Antiguo Testamento.

3.2.1. Dios es soberano sobre toda la creación (Sal. 47:2; 103:19).

3.2.2. En razón de ser el Creador y de Su soberanía, domina sobre todo, incluyendo todos los
aspectos de este mundo (Sal. 24:1, 2).

3.2.3. En tal sentido, Dios no sólo es el Señor para los judíos, sino también para las otras
naciones de la tierra.

(1) La profecía contienen muchos mensajes para otras naciones (cf. Is. 13:1; 15:1; 17:1; 18:1;
19:1).

(2) Algunos profetas fueron enviados a naciones gentiles como el caso de Jonás.

(3) Algún profeta profetizó para naciones gentiles como fue Nahúm (Nah. 1:1).

3.2.4. Dios usa hombres de las naciones para ejecutar sus planes.

(1) Faraón (Ro. 9:17).

(2) Ciro (Is. 45:1).

3.2.5. La nación de Israel como manifestación del reino de Dios mediado.

(1) Escogida para ser un pueblo especial (Ex. 20:2; Dt. 5:6; 6:12; 7:6; etc.).

(2) Reprendida por querer tener su propio rey, lo que equivalía a rechazar la teocracia (1 S.
8:4ss).

(3) Este reino nacional es un ejemplo para un reino superior que vendrá más tarde.

a) Tal es uno de los aspectos del pacto davídico (2 S. 7:12).

b) Esos aspectos no se cumplieron en el reinado de Salomón.

c) Se encuentran renovados como promesa en la profecía (Is. 9:7; 11:1-5; 32:1; Jer. 33:14-22;
etc.).

3.3. Concepto de reino de Dios o reino de los cielos.

3.3.1. Es la esfera del gobierno de Dios, en la que Él reina y es obedecido. (Dn. 4:34-35).

3.3.2. El reino de Dios ha sido desafiado por Satanás en el pasado, conduciendo a los hombres
a la desobediencia y rebeldía contra Dios (Gn. 3).

3.3.3. Sin embargo el control de Dios como Soberano que ejerce el control y autoridad suprema
sobre el universo, no ha sido afectada por el pecado (Dn. 5:21).

3.3.4. Las Escrituras dan testimonio de un gobierno espiritual de Dios en hombres regenerados,
definiendo el reino de Dios como algo espiritual en el tiempo presente (Ro. 14:17).

3.3.5. El "reino de Dios" no puede considerarse como una "esfera de profesión", sino como
una "esfera de posición".

(1) Al reino se accede por nuevo nacimiento (Jn. 3:5).

3.3.6. El reino en la actualidad tiene que ver con un asunto interno y espiritual.

(1) El reino de Dios está en el interior (Lc. 17:20, 21).

(2) Por esa causa es preciso el nuevo nacimiento (Jn. 3:3).

(3) En razón a eso la justicia del reino no es externa y ceremonial, sino un asunto del corazón.

(4) Ha de exceder absolutamente a la de los escribas y de los fariseos (Mt. 5:20).

3.3.7. El reino en el aspecto espiritual es una realidad presente.

(1) Jesús vino predicando la proximidad del reino (Mr. 1:15; Mt. 10:7; Lc. 10:1, 9, 11).

(2) Los legalistas cierran la entrada al reino a los hombres (Mt. 23:13).

3.3.8. Los creyentes están ahora en el reino de Dios (Col. 1:13).

3.3.9. La ética del reino ha de cumplirse ahora en quienes, por nuevo nacimiento, están en esa
esfera.

3.4. El reino escatológico.

3.4.1. El "reino de Dios" o "reino de los cielos", tendrá una expresión futura en el "reino
milenial" (Ap. 20:3, 4, 5, 6).

3.4.2. La profecía del reinado de Cristo sobre la tierra es clara (Sal. 2:8, 9). ,

(1) No se trata de un gobierno espiritual sobre los hombres, sino de un reinado literal del cielo
sobre ellos.

(2) Isaías enfatiza el carácter terrenal del reino (Is. 11).

(3) Otras muchas referencias proféticas lo enseñan (cf. Is. 42:4; Jer. 23:3-6; Dn. 2:35-45; Zac.
14:1-9).

(4) Hay pasajes que afirman que Jesús se sentará sobre el trono de David para gobernar la tierra
(2 S. 7:16; Sal. 89:20-37; Is. 11; Jer. 33:19-21).

(5) Fue anunciado así por el ángel a María (Lc. 1:32-33).

(6) Hay referencias sumamente claras sobre el reinando de Cristo en la tierra (Is. 2:1-4; 9:6-7;
11:1-10; 16:5; 24:23; 32:1; 40:1-11; 42:1-4; 52:7-15; 55:4; Dn. 2:44; 7:27; Mi. 4:1-8; 5:2-5;
Zac. 9:9; 14:16-17).

3.4.3. El reino milenial culmina en la expresión definitiva del reino de los cielos en la tierra
nueva y cielos nuevos que Dios creará al final de los tiempos (2 P. 3: 10:13).

B) La ley.

1. La justicia demandada para el reino.

1.1. El Señor predicó el reino (Mt. 4:17).

1.1.1. Lo predicó por todos los lugares (Mt. 4:23).

1.2. Las gentes escuchaban su enseñanza procurando entender cuales serían las condiciones para
acceder al reino.

1.3. El Antiguo Testamento enseñaba que sólo los justos entrarían al reino (Sal. 24:3-4).

1.4. La profecía demandaba confesión y purificación de pecados (Zac. 12; 13).

1.5. Ezequiel enseñaba sobre el nuevo nacimiento (Ez. 36:26-27).

1.6. La justicia era un requisito para entrar al reino.

1.6.1. Los judíos habían sido enseñados en que la justicia necesaria se alcanzaba por guardar
celosamente la ley.

1.6.2. Los fariseos enseñaban que la observancia de las tradiciones haría que todos los
descendientes de Abraham fuesen aptos para entrar al reino.

1.7. Falsos maestros enseñaban a algunos creyentes en la iglesia a que guardaran la ley como
necesidad para salvación (Hch. 15:1).

1.8. El error fundamental consistía en pensar que aun cuando Abraham había sido justificado por
fe, al introducirse la ley la santificación tenía que ser por obras, en el cumplimiento de las
demandas legales.

2. El creyente ante la ley.

2.1. El Antiguo Testamento muestra a creyentes que amaban y respetaban profundamente la ley
de Dios.

2.1.1. Tal era el sentimiento de amor del autor del Salmo 119 (Sal. 119:97).

2.1.2. Sentía delicia por la ley de Dios (Sal. 119: 77)

2.1.3. Su contenido le era dulce (Sal. 119:103, 104).

2.1.4. Amaba los mandamientos de Dios (Sal. 119:159).

2.2. Pablo enseña que la ley de Dios es santa, justa y buena (Ro. 7:12).

2.3. Lo que es amado y respetado por los escritores de la Biblia, debe serlo también por el
creyente de hoy.

2.4. Esto contrasta profundamente con mucha enseñanza en la actualidad, que trata a la ley, como
algo del pasado que debe desecharse.

2.5. Por otro lado también existe el problema legalista, que enfatiza el "cumplimiento" para
santificación.

2.6. Ambas posiciones son incorrectas a la luz de la Escritura.

3. Para que fue dada la ley.

3.1. Para revelar la santidad de Dios (1 P. 1:15-16).

3.1.1. Pedro cita en el pasaje un texto de la ley (Lv. 11:44; 19:2; 20:7).

3.1.2. Al revelar la santidad de Dios, deja conscientes a los creyentes de Su carácter.

3.2. Para poner de manifiesto la pecaminosidad del hombre.

3.2.1. Esa es la enseñanza concreta de Pablo (Gá. 3:19, 22).

3.2.2. La ley contrasta la actuación y pensamientos del hombre, determinando la incorrección de
todo aquello que no se ajusta a la voluntad expresa de Dios.

3.2.3. Toda contradicción y oposición es pecado.

3.2.4. Esa es la conclusión alcanzada por Pablo (Ro. 3:23).

3.2.5. El pecado no es sólo el hecho de no ajustarse a la ley, sino la ofensa cometida contra la
santidad de Dios revelada en ella.

3.2.6. Las demandas de la ley eran tan sencillas y comprensibles que estaban al alcance de
todos, de modo que determinara la conducta incluso de los niños que podían leerla.

3.3. Revelar la pauta de la santidad para quienes estaban en relación y comunión con Dios.

3.3.1. Los antiguos creyentes tenían unas demandas concretas sobre lo que Dios determinaba
para una vida de comunión con Él (Sal. 24:3-5).

3.3.2. La ley establecía las pautas de conducta santa que Dios demandaba de Su pueblo.

3.3.3. Estas pautas son las mismas para los creyentes de esta dispensación (1 P. 1:14-15).

3.4. Conducir a los hombres a Cristo.

3.4.1. Pablo lo enseña claramente (Gá. 3:24).

3.4.2. El niño estaba bajo la supervisión de un pedagogo hasta que alcanzaba la mayoría de
edad.

3.4.3. La ley sirvió para supervisar el desarrollo espiritual de los creyentes hasta llegar a la
madurez en Cristo.

3.4.4. Esa conducción en la vida era agradecida por los verdaderos creyentes (Sal. 119:71-72).

3.5. Unificar al pueblo de creyentes como pueblo de Dios.

3.5.1. Para ese propósito unificador fue dada la ley (Ex. 19:5-8).

3.5.2. La nación de Israel se sometió voluntariamente a la autoridad de la ley.

3.5.3. Alcanzó la condición de nación cuando se sometieron a la Ley (Dt. 5:27-28).

3.5.4. El abandono de la obediencia a la voluntad de Dios expresada en su Ley, trajo como
consecuencia la entrega del pueblo a los gentiles, como ya había sido anunciada en la Ley (Dt.
28:36-37, 63-64).

(1) Esa es la razón que el profeta da para la entrega de Israel en manos de sus enemigos (Jer.
12:14-15).

3.6. Constituir al pueblo de Dios como un pueblo sacerdotal.

3.6.1. Israel había sido santificado para ser un reino sacerdotal para Dios (Ex. 19:5-6).

3.6.2. Tenían el compromiso de manifestar el testimonio de Dios entre las naciones.

3.6.3. La obediencia a Dios distinguía a los creyentes del resto de las naciones.

3.7. Dar provisión para el perdón de los pecados y la restauración de la comunión.

3.7.1. Las ofrendas instituidas por Dios en su Ley (Lv. 1-5).

3.7.2. Los creyentes que habían pecado eran restaurados a la comunión con Dios mediante las
ofrendas que Dios había previsto.

3.7.3. La ley revelaba la indignidad en que se encontraban a causa del pecado y preveía los
medios para la restauración de la comunión.

3.8. Establecer la provisión para la adoración.

3.8.1. El pueblo de Dios era un pueblo de adoradores, que vivía en comunión con Dios y le
adoraba.

3.8.2. La Ley establecía una serie de fiestas que tendrían que observar anualmente (Lv. 23).

3.8.3. Esos días eran ocasiones en las cuales el pueblo dedicaba el tiempo para adorar a Dios y
recordar la redención que había hecho para ellos.

3.9. Establecer la prueba que manifestara si se estaba en el reino de Dios.

3.9.1. Dios había establecido las bendiciones que otorgaría a la obediencia de Su pueblo (Dt.
28:1-14).

3.9.2. Los israelitas entraban en la tierra prometida a causa de la fe depositada en el día de la
redención en Egipto.

3.9.2. Todos los israelitas entraban en Canaán, como nación, pero no todos eran creyentes.

3.9.3. La obediencia es distintivo del creyente.

3.9.4. Sólo se accede al reino de Dios, mediante la fe, que por gracia produce el nuevo
nacimiento (Jn. 3:3).

3.9.5. El desobediente manifestaba que no estaba relacionado con Dios por fe, y por tanto no
pertenecía a Su reino.

3.0. La Ley fue dada para revelar a Jesucristo.

3.0.1. La Ley fue dada como preparación para la venida del Redentor.

3.0.2. Las grandes verdades respecto de Jesucristo y su obra, están manifestadas en la Ley.

3.0.3. Jesús mismo lo dijo a los discípulos de Emaús (Lc. 24:27).

4. La ley para el creyente de la presente dispensación.

4.1. Todos los principios espirituales contenidos en las diez razones para la que fue dada la
Ley, persisten para el creyente de esta dispensación.

4.2. Los conceptos de santidad, obediencia, comunión, servicio y unidad, persisten para el
creyente de la presente dispensación.

4.3. Se extingue definitivamente los asuntos de la ley ceremonial, pero persisten los principios
de ética contenidos en la Ley.

4.4. La ley no se cumple para alcanzar la santificación.

4.4.1. La santificación es posible sólo mediante la acción del Espíritu y la identificación con
Cristo (Gá. 5:16; Fil. 1:21).

4.4.2. El cumplimiento de la ley para santificación conduce al legalismo.

4.5. La ley expresa el grado de santificación del creyente por contraste con sus demandas.

4.6. La Ley es buena si se usa legítimamente (1 Ti. 1:8).

4.6.1. Ese uso consiste en encontrar en ella la revelación de la santidad de Dios, aprender sobre
la persona de Cristo, y conocer las demandas para una vida de comunión con Dios.

4.7. Las enseñanzas de Jesús, especialmente el "Sermón del Monte", establecen el modo de
usar la Ley para conocer la santidad de Dios y las demandas que esa santidad determina para
quienes son Su pueblo.

PREGUNTAS DE REPASO


1. ¿Cuál era la actividad principal del ministerio de Jesús?

2. ¿A quiénes enseñaba Jesús?

3. ¿En donde enseñaba?

4. ¿Cuántas formas de enseñanza se pueden encontrar en la de Jesús?

5. ¿Cuáles eran las principales características de la enseñanza de Jesús?

6. ¿Cómo fue la preparación de Jesús para la enseñanza?

7. ¿En donde comenzó Jesús su preparación para la enseñanza?

8. ¿Armonizaba la enseñanza de Jesús con la tradicional de los judíos?

9. ¿Cuáles son las fuentes para estudiar las enseñanzas de Jesús?

10. ¿Cómo pueden agruparse las enseñanzas de Jesús en relación con los destinatarios?

11. ¿Qué es el "reino de los cielos" y "el reino de Dios"?

12. Resume la posición dispensacional distintiva.

13. ¿En qué consiste la posición dispensacional moderada?

14. ¿Qué es la Ley?

15. ¿Para qué fue dada la Ley?

16. ¿Qué relación debe haber del creyente de la presente dispensación y la Ley?

APLICACIÓN PERSONAL.

1. Jesús es el Maestro supremo.

1.1. Enseñaba continuamente.

1.2. La demanda que establece para quienes son sus discípulos (Mt.
11:28-29).

1.3. Las enseñanzas de Jesús se hacen vida y norma de vida, para quienes
están vinculados a Él por la fe y son suyos.