Nota: Este texto contiene secciones no inteligibles, que en el documento
original estaban escritas con una fuente (tipo de letra) para representar caracteres en griego. Todas estas secciones
corresponden a la representación griega de los textos bíblicos citados. Considero que esta no debería
ser una limitación para aprovechar este curso.
Andrés Brugger
ESTUDIO 4
LA PRUEBA DE LA MORAL
Pasaje: Mt. 5:27-48.
OBJETIVOS DEL ESTUDIO
1. Conocer las enseñanzas de Jesús expresadas en el pasaje.
2. Entender que la vida del creyente ha de ser consecuente con su fe y su relación con Dios.
3. Comprender algunas de las demandas para la vida del creyente en el área del matrimonio.
4. Comprender las demandas en relación con las demás personas, especialmente con los enemigos.
5. Entender que el creyente debe progresar a una manifestación de madurez, que hace que su vida sea una
evidencia de lo que cree.
6. Aplicar las lecciones a la vida personal.
TAREAS
1. Dedicar tiempo a la oración pidiendo la ayuda del Señor sobre el estudio y su posterior aplicación
personal.
2. Leer varias veces el pasaje que se estudia y, si es posible, en versiones distintas.
3. Siguiendo la división establecida en el "Bosquejo del Sermón del Monte", analizar personalmente
el pasaje, sin ninguna ayuda, y anotar las conclusiones que se alcancen en cada uno de los apartados.
4. Volver a estudiarlo nuevamente con ayuda de las notas y contrastar los resultados.
5. Responder a las preguntas de repaso.
INTRODUCCIÓN.
El Señor siguió enseñando a las gentes, mediante la presentación de los mandamientos
tomados de la Ley y que habían sido enseñados de una determinada manera, por los escribas y fariseos.
La vida del creyente debe conformarse a lo que Dios determinó en su Palabra, no sólo en el sentido
literalista de la letra, sino en el más amplio del espíritu. El Maestro enfrentó al auditorio
con problemas que se vivían en aquella sociedad. Los fariseos enseñaban que los mandamientos no se
quebrantaban si no se incurría en actos físicos o acciones visibles contrarios a los mismos. Tal
era el sentido que daban al mandamiento sobre el adulterio (vv. 27-30). Ellos enseñaban que el pecado consistía
sólo en el hecho mismo de la práctica del la prohibición, sin darle importancia a los pensamientos
o deseos concupiscentes. Cristo enseña el alcance del pensamiento de Dios y apunta a la realidad de un corazón
sucio por pasiones que es condenable delante del Señor. De igual modo la permisividad social que llevaba
a despedir de casa a la mujer por cualquier razón que no agradara al marido, va a ser confrontada mediante
las disposiciones de la Ley sobre el repudio (vv. 31-32). El Señor pone delante de ellos el pensamiento
de Dios tocante al matrimonio, enfatizando las consecuencias que producían la práctica ilícita
del divorcio. En aquella sociedad había también quienes engañaban a su prójimo y para
hacerlo posible, empleaban los juramentos para dar consistencia y firmeza a lo que decían. Esos juramentos
se quebrantaban luego. Sin embargo habían buscado un modo de esquivar la responsabilidad del perjurio, enseñando
que sólo se incurría en él cuando el juramento se hiciera sobre el nombre de Dios. Jesús
enseña la realidad de lo que representa el juramento conforme al pensamiento divino (vv. 33-37). De la misma
manera las acciones de venganza contra la injusticia habían sido legalizadas entre los judíos como
algo lícito. Frente a esto el Señor pone delante la reacción que debe haber en el creyente
ante las injusticias que pudiera recibir (vv. 38-42). Finalmente la lección suprema del amor a todos, incluyendo
a los enemigos, cierra esta sección del "Sermón del Monte", con la exhortación final
a quienes se consideran hijos del Padre Celestial, a progresar hacia la madurez, que identifique su estilo de vida
con la relación que realmente exista con Dios (vv. 43-48).
d) El adulterio (5:27-30).
1. La santidad en el matrimonio (5:27).
1.1. Una introducción necesaria.
1.1.1. El matrimonio no es una institución humana, ideada y proyectada por el hombre .
1.1.2. El matrimonio es una institución divina, originada en el pensamiento y voluntad de Dios (Gn. 2:18).
1.1.3. Dios determinó el carácter del matrimonio (Gn. 2:24).
(1) Una relación exclusiva de un solo hombre y una sola mujer.
(2) Una relación familiar nueva, en la que el hombre deja la anterior: "Dejará a su padre y
a su madre y se unirá a su mujer".
(3) Una relación de convivencia y entrega mutua: "Se unirá a su mujer"
(4) Una relación única y permanente. "Serán una sola carne".
1.1.4. El matrimonio como pacto sagrado.
(1) Unión contraída delante de Dios voluntariamente (Gn. 2:24).
(2) Unión pactada (Mal. 2:14).
(3) Un pacto establecido entre esposos, poniendo a Dios por testigo y, por tanto, garante del pacto (Pr. 2:17).
1.1.5. La deslealtad condenada (Mal. 2:15).
(1) Dios hubiera podido hacer varias mujeres para Adán, o varios hombres para Eva.
(2) Si hizo uno solo de cada especie, indica Su voluntad de lealtad permanente en el matrimonio.
1.1.6. Dios establece un cuidado esmerado y vigilante para no caer en el pecado de deslealtad (Mal. 2:15b).
1.2. El mandamiento divino.
1.2.1. "Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio"
jHkouvsate o{ti ejrrevqe: ouj moiceuvsei".
Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio.
(1) El verbo está en futuro de indicativo, con la negación "ou", expresando en un modismo
común.
(2) Un futuro volitivo.
1.2.2. El Señor cita literalmente el sexto mandamiento de la Ley (Ex. 20:14; Dt. 5:18).
1.2.3. Los escribas y fariseos explicaban que el mandamiento se quebrantaba cuando había una relación
física entre un casado y un soltero o entre dos casados fuera del matrimonio.
1.2.4. Limitaban el mandamiento a la prohibición de un acto físico en sí mismo.
1.2.5. Dios estableció las relaciones íntimas lícitas y honrosas sólo dentro del matrimonio
(He. 13:4).
1.2.6. Cualquier relación de este tipo entre hombre y mujer fuera de este estado, es pecado delante de Dios
.
1.2.7. Pablo enseña, en base a esto, que cada marido viva solamente con su esposa y viceversa (1 Co. 7:2-5).
1.2.8. En el A. T. Se establecía claramente la prohibición del adulterio (Lv. 18:20).
(1) El adulterio producía un estado de inmundicia, "contaminación", entre los adúlteros.
1.2.9. El pecado de adulterio afecta varias áreas.
(1) Es un pecado contra el pacto matrimonial.
(2) Es un pecado contra el voto matrimonial de lealtad.
(3) Es un pecado contra la relación matrimonial.
1.2.0. El adulterio está bajo juicio de Dios.
(1) Dios es juez en contra del que comete el pecado (He. 13:4).
(2) Era uno de los pocos casos que la Ley condenaba con la muerte (Lv. 20:10; Dt. 22:22-24; Jn. 8:5).
(3) Dios como testigo de cargo contra él que quebrante el pacto (Mal. 2:14-16).
2. La extensión del mandamiento (5:28).
2.1. La autoridad del Maestro.
2.1.1. "Pero yo os digo"
ejgwV deV levgw uJmi``n
Mas Yo digo os
2.1.2. El "Autor" de la Ley iba a dar la dimensión del mandamiento.
2.2. El alcance del mandamiento.
2.2.1. "Que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón"
o{ti pa``" oJ blevpwn gunai``ka proV" toV ejpiqimh``sai (aujthVn)
Que todo el que mira a una mujer con - intención de codiciar la
h[dh ejmoivceusen aujthVn ejn th``/ kardiva/.
ya cometió adulterio con ella en el corazón.
2.2.2. El mandamiento debe ser completado con la prohibición del décimo, de "no codiciar a la
mujer de tú prójimo" (Ex. 20:17; Dt. 5:18).
2.2.3. Los fariseos enseñaban que sólo el hecho consumado era pecado contra el sexto mandamiento.
2.2.4. Cristo condena la comisión del acto de adulterio, pero de igual modo la mirada codiciosa.
2.2.5. Job tenía sumo cuidado con las miradas codiciosas, porque sabía a donde podían llegar
(Job 31:1, 7).
(1) Se mantuvo íntegro (Job 31:9).
(2) Conocía las consecuencias que ese pecado le acarrearía (Job 31:10-11).
2.2.6. Normalmente el adulterio comienza por una mirada codiciosa.
(1) El ejemplo de David (2 S. 11:2).
2.2.7. La mirada codiciosa activa la concupiscencia del corazón, de donde salen los malos deseos que procurarán
ejecutarse, y en muchos casos se ejecutarán (Mt. 15:19-20).
(1) Los ojos son puerta de entrada del elemento que genera la perversidad.
2.2.8. La expresión "cualquiera que mira a una mujer" es en sí algo neutral, la pecaminosidad
está en la mirada "para codiciarla".
2.2.9. La mirada codiciosa incurre ya para Dios en el pecado de adulterio.
3. El remedio para el pecado (5:29).
3.1. Una actuación decidida.
3.1.1. "Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti"
eij deV oJ ojfqalmov" sou oJ dexioV" skandalivzei se, e[xele
Y si el ojo de ti el derecho es causa de tropiezo te saca
aujtoVn kaiV bavle ajpo sou``.
lo y arrójalo de ti.
(1) La expresión "sácalo y arrojalo de ti", es muy enfática.
(2) Los dos aoristos afirman una acción decidida y drástica.
(3) El sentido es "arráncalo de cuajo inmediatamente".
3.1.2. En modo alguno debe entenderse este "remedio" como literal.
(1) No hay ninguna justificación aquí para la mutilación del cuerpo.
(2) Podría desmenuzarse todo el cuerpo y el corazón seguiría tan perverso.
3.1.3. La enseñanza es profunda y demanda que se elimine de la vida todo cuanto pueda servir de tentación.
(1) "Te es ocasión de caer" (gr. "skandalizei se"), en el sentido de poner una trampa.
3.1.4. Nada puede haber de mayor valor que los ojos, pero nada puede superar al riesgo que supone la práctica
del pecado
3.1.5. La enseñanza es que no puede haber nada, por mucho valor que represente, que no deba ser desechado
para vivir santamente.
3.1.6. No es la mutilación de un miembro, sino el control sobre él mismo.
3.1.7. Los estímulos externos pueden conducir a apetitos perversos.
(1) Eliminar ciertas lecturas.
(2) No ver en TV o en el cine programas que inciten a perversidades.
(3) Esto equivale a "sacar el ojo"
3.2. La causa de esa actuación.
3.2.1. "Pues mejor es que se pierda uno de tus miembros y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno".
sumfevrei gavr soi i{na ajpovlhtai e}n tw``n melw``n sou kaiV
Porque es ventajoso te que sea destruido uno solo de los miembros de ti y
mhV o{lon toV sw``mav sou blhqh``/ eij" gevennan.
no que todo el cuerpo de ti sea echado en infierno.
3.2.2. El pecado es altamente destructivo.
3.2.3. Es preferible andar mutilado que perder la vida a causa del pecado.
3.2.4. El creyente no puede perder su salvación, pero puede llegar a una intensa y grave disciplina que
lo conduzca incluso a la muerte física.
3.2.5. Una de esas consecuencias se produce por un pecado consciente de inmoralidad (cf. 1 Co. 5:4-5).
3.2.6. Hay pecados en el creyente cuya consecuencia es la muerte física (1 Jn. 5:16).
3.2.7. El creyente debe prestar atención al pecado voluntario y su juicio (He. 10:26-31).
4. Enfatizando la enseñanza (5:30).
4.1. Un nuevo ejemplo.
4.1.1. "Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala y échala de ti"
kaiV eij hJ dexiav sou ceiVr skandalivzei se, e[kkoyon aujthVn
Y si la derecha de ti mano es causa de tropiezo te corta la
kaiV bavle ajpoV sou``.
y echa de ti.
4.1.2. Del miembro del deseo al de la acción.
4.1.3. El ojo codicia y la mano ejecuta el deseo codicioso.
(1) Así en el ejemplo de David (2 S. 11:2, 4).
4.1.4. La mano derecha enfatiza la importancia vital de aquello que debe ser desechado.
4.1.5. "La cirugía debe ser radical. En este mismo momento y sin ninguna vacilación, hay que
quemar el libro obsceno, destruir el cuadro escandaloso, condenar la película destructora del alma, cortar
el lazo social muy íntimo pero siniestro, y descartar los hábitos perniciosos. En la lucha contra
el pecado, el creyente debe pelear con valor e intensamente. Dando golpes al aire no sirve (1 Co. 9:27)"
4.2. La razón para ese modo de actuación.
4.2.1. "Pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno"
sumfevrei gavr soi i{na ajpovlhtai e}n tw``n melw``n sou kaiV
Porque es ventajoso te que sea destruido uno solo de los miembros de ti y
mhV o}lon toV sw``mav sou eij" gevennan ajpevqh/.
no que todo el cuerpo de ti a infierno se vaya.
4.2.2. La conclusión recalca lo dicho antes (v. 29).
4.2.3. Una buena explicación al texto (2 Co. 7:1).
a) El divorcio (5:31-32).
1. El divorcio planteado (5:31) .
1.1. Apelando a la ley.
1.1.1. "También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio".
jErrevqh dev: o}" a]n ajpoluvsh/ thVn gunai``ka aujtou``, dovtou``
Y fue dicho: Cualquiera que repudie a la mujer de él dé
aujth``/ ajpostavsion.
a ella carta de divorcio.
1.1.2. El mandamiento tomado de la permisión establecida por Moisés (Dt. 24:1-4).
1.1.3. La enseñanza va ligada a lo que antecede, por tanto con el adulterio.
1.1.4. La indisolubilidad del matrimonio.
(1) Establecida por Dios (Gn. 2:24).
(2) Confirmada por Cristo (Mr. 10:9).
(3) La enseñanza general del N. T. (Ro. 7:2).
1.1.5. Consecuencias del divorcio.
(1) Oposición al plan divino.
a) Constituye un pecado de soberbia y arrogancia.
(2) Quebrantamiento del pacto cante Dios (Mal. 2:14).
a) Dios se convierte en testigo de cargo contra el causante.
2) Dios toma a Su cargo la defensa del inocente (Sal. 37:5-6).
3) Una afirmación clara (Nah. 1:3).
(3) El causante se posiciona bajo maldición divina por quebrantar un juramento hecho ante Dios (He. 10:30-31).
1.1.6. La regulación legal del divorcio (Dt. 24:1-4).
(1) Se advierte que no figura en la primera exposición de la Ley.
(2) Sin embargo no fue algo introducido por Moisés para el tiempo de la entrada en Canaán.
(3) Se habla de divorcio bastante antes, en la ley del sacerdocio (Lv. 21:7).
(4) Se menciona en relación con dos clases de mujeres libres de la ley del marido (Nm. 30:9).
(5) La dificultad está en determinar el significado de la eximente en la disposición de Moisés:
"Si no te agradare" (Dt. 24:1).
(6) La licencia no podía relacionarse con ningún tipo de pecado moral contra el matrimonio.
a) El adulterio estaba penado por la Ley con la muerte (Dt. 22:22).
(7) La expresión utilizada tiene que ver con algo que por su condición es repulsivo e impide la convivencia.
a) Aparece en relación con las cosas inmundas (Dt. 23:14).
b) En relación con cosas repulsivas (Is. 20:4).
(8) Algunos vincula esto a las mujeres egipcias que venían con el pueblo, y otros a matrimonios en parentesco
próximo, prohibidos por la Ley (Lv. 18).
1.1.7. Es prácticamente imposible determinar con precisión la causa de la eximente permitida por
Moisés.
1.1.8. Es evidente que Moisés había legislado en este sentido y Dios concedió validez a la
eximente, aun cuando no era según el propósito inicial para el matrimonio.
2. La enseñanza de Jesús (5:32).
2.1. Las palabras del Maestro.
2.1.1. "Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación"
ejgwV deV levgw uJmi``n o{ti pa``" oJ ajpoluvwn thvn gunai``ka aujtou``
Mas yo digo os que todo el que repudia a la mujer de él,
parektoV" lovgou porneiva".
excepto caso de fornicación.
2.1.2. La situación entre los fariseos en los tiempos de Cristo.
(1) La escuela de Hillel, liberal, permitía el repudio por cualquier causa.
a) Que a una esposa se le quemase la comida que preparaba, era para estos cosa "desagradable" y causa
de repudio.
(2) La escuela de Shamai, conservadora, sólo permitía el repudio por infidelidad.
2.1.3. Para Cristo el matrimonio era una institución inseparable, conforme al pensamiento de Dios (Mt. 19:7).
(1) La autorización de Moisés era una "concesión" y nunca un mandamiento (Mt. 19:8).
(2) Moisés permitía el divorcio, pero nunca mandó divorciarse.
2.1.4. La eximente del Señor: "a no ser por causa de fornicación".
2.1.5. El intérprete se pregunta a que se refería el Señor con la palabra "fornicación".
(1) Dos palabras para definir pecados de relación íntima.
(2) Adulterio (gr. "moicheia") de utilización muy precisa.
a) Siempre que aparece en cualquiera de sus formas, tiene que ver con relación ilícita fuera del
matrimonio entre personas casadas.
(3) Fornicación (gr. "porneia"), tiene un significado más amplio que la simple relación
íntima entre no casados.
a) Se usa para referirse a una relación ilícita (Jn. 8:41; 1 Co. 5:1).
b) Denotando o incluyendo el adulterio (2 R. 9:22; Os. 2:2).
2.1.6. Una observación necesaria: Jesús no había venido a quebrantar la Ley, sino a cumplirla
(Mt. 5:17-18).
(1) Por tanto no podía estar refiriéndose al adulterio, condenado con la muerte (Lv. 20:10; Dt. 22:22).
(2) No podía referirse a la infidelidad en el tiempo de los desposorios, con la misma sentencia legal (Dt.
22:23-24).
2.1.7. Dos posicionamientos.
(1) Jesús se estaba refiriendo a matrimonio en grado de parentesco próximo (Lv. 18:6).
1) Un texto confirmativo de esta posición (1 Co. 5:1).
2) Era una prohibición legal (Lv. 18:6, 8).
3) Esa sentencia se la aplica al caso del incestuoso de Corinto que debía ser entregado a Satanás
(1 Co. 5:5).
(2) Otra posición sostiene que Jesús reconocía la eximente de adulterio para el divorcio.
1) Jesús era el profeta de quien habló Moisés (Dt. 18:15; Hch. 3:22; 7:37).
2) Como Moisés había permitido el divorcio en ciertas circunstancias, así Cristo lo hacía
también.
3) La palabra hebrea traducida por "fornicación" esta relacionada con "desnudez", lo
que permite relacionarla con uniones pecaminosas fuera del matrimonio.
4) Por esta causa puede extenderse el significado de la palabra a "infidelidad" .
2.1.8. Realmente cualquiera de estas dos posiciones tienen apoyo bíblico.
2.2. Un complemento que ayuda a tomar una posición respecto a la enseñanza de Cristo (Mt. 19:8).
2.2.1. "Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestra mujeres,
mas al principio no fue así"
o{ti Mwu>sh``" proV" thVn sklhrokardivan uJmw``n ejpevtreyen
- Moisés en vista de la dureza de corazón de vosotros permitió
uJmi``n ajpolu``sai taV" gunai``ka" uJmw``n: ajp= ajrch``" deV ouJ
os repudiar a las mujeres de vosotros mas desde principio no
gevgonen ou{tw".
ha sido así.
(1) A pesar de la disposición divina originaria de un matrimonio de por vida, Moisés tuvo que habilitar
un medio que evitara un daño irreparable al inocente.
(2) Dios no desautorizó jamás a Moisés, sino que consintió en la solución.
(3) Tal solución era a causa de la "dureza" del corazón de aquellos.
(4) Sin embargo el modelo ideal es el que Dios estableció "al principio".
(5) En ese principio no había dureza de corazón al estar el primer matrimonio en estado de inocencia,
sin haberles afectado el pecado.
2.2.2. El adulterio y el vínculo matrimonial.
(1) Una enseñanza apostólica (1 Co. 6:16).
(2) Pablo utilizó el texto del Génesis sobre la indisolubilidad del matrimonio, para referirse a
las consecuencias de una relación entre un hombre y una mujer.
(3) Una nueva relación continuada con otra persona generaría un nuevo vínculo anulando el
anterior.
(4) No es tanto para una caída ocasional, sino para una relación permanente.
(5) Sin embargo, la cuestión no es lo suficientemente segura como para ser definitiva.
2.2.3. El ejercicio de autoridad en el liderazgo de la iglesia.
(1) La autorización en materia de disciplina (Mt. 18:19-20).
(2) "Atar" y "desatar" manifestado en cuanto a disciplina (Hch. 15:20).
(3) Los líderes de la iglesia son responsables ante Dios en lo que hacen relacionado con ella (He. 13:17).
(4) Esto no les faculta a quebrantar las normas bíblicas definitivamente establecidas, pero sí a
fijar una posición en las que admiten diversas interpretaciones.
(5) En relación con el divorcio por adulterio y nuevo casamiento de uno de los cónyuges, la autorización
de un nuevo matrimonio para el inocente no incumple abiertamente la enseñanza bíblica y debe ser
aceptado sin conflicto por la congregación.
2.3. La consecuencia de un divorcio ilícito.
2.3.1. "Hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio"
poiei`` aujthVn moiceuqh``mai, kaiV o}" ejaVn ajpolelumevnhn
Hace que ella cometa adulterio y cualquiera que con una repudiada
gamhvsh/ moica``tai.
se case comete adulterio.
2.3.2. Un repudio ilícito mantenía intactos los vínculos matrimoniales.
2.3.3. Si la esposa abandonada, tal vez precipitadamente, se casaba con otro hombre antes que lo hiciera su marido
con otra mujer, cometía adulterio.
2.3.4. El que se unía a ella caía también en el mismo pecado.
f) Los juramentos (5:33-37).
1. El mandamiento acerca de los juramentos (5:33).
1.1. El mandamiento expresado.
1.1.1. "Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás
al Señor tus juramentos"
Pavlin hjkouvsate o{ti ejrrevqh toi``" ajrcaivoi": oujk ejpiorkhvsei"
También oísteis que fue dicho a los antiguos: No perjurarás
ajpodwvsei" deV tw``/ kurivw/ touV" o{rkou" sou.
sino que pagarás al Señor los juramentos de ti.
1.1.2. La práctica de pronunciar un juramento tiene raíces profundas en el A. T.
(1) Abraham, el "amigo de Dios", exigió que su siervo se comprometiera bajo juramento (Gn. 24:1-3,
8-9).
(2) Abraham también juró (Gn. 21:22-24).
(3) Jacob exigió juramento a José (Gn. 47:30-31).
(4) José hizo lo mismo con sus hermanos (Gn. 50:25).
(5) Jonatán hizo lo mismo con David (1 S. 20:17).
1.1.3. Dios reguló en la Ley, la práctica del juramento.
(1) Atendiendo al problema de quienes mentían y no hacían honor a su palabra.
(2) Estableció que fuera hecho en Su nombre (Dt. 6:13; 10:20).
(3) Quien quebrantaba el juramento era, como perjuro, un profano contra el nombre de Dios (Ex. 20:7; Lv. 19:12).
1.1.4. El juramento se convertía en maldición sobre el perjuro.
(1) Quien juraba por Dios se ponía bajo maldición, caso de incumplir la palabra establecida.
(2) El ejemplo de Pedro (Mt. 26).
1) Primera mentira, negando al Señor delante de la doncella de la puerta (Mt. 26:70).
2) Segunda mentira, negando al Señor ante la criada en el portal (Mt. 26:72).
c) Tercera negación ante varios, donde comenzó a "maldecir", afirmando sus palabras, es
decir, negó con juramento poniéndose bajo maldición (Mt. 26:73).
1.1.5. Cristo aceptó la enseñanza bíblica del A. T. sobre los juramentos y Él mismo
la cumplió.
(1) Guardó silencio delante del sumo sacerdote hasta el momento en que fue puesto bajo juramento (Mt. 26:63-64).
1.1.6. Los apóstoles siguieron la enseñanza de Jesús.
(1) Pablo usó de juramento confirmativo (cf. Ro. 1:9; 9:1; 2 Co. 1:23; Gá. 1:20).
(2) La evidencia mas cierta de esto (He. 6:16-18).
2. La extensión de la enseñanza (5:34-35).
2.1. Una afirmación concreta (v. 34a).
2.1.1. "Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera"
ejgwV deV levgw uJmi``n mhV ojnovsai o{lw"
Mas yo digo os no jurar totalmente.
2.1.2. La afirmación de Cristo obedece al contexto del sistema farisaico.
2.1.3. Buscaban una fórmula que les permitiera incumplir la palabra dada, sin incurrir en perjurio.
2.1.4. Ellos enseñaban que no había perjurio si no se mencionaba directamente el nombre del Señor,
por el literalismo conque interpretaban y aplicaban la Ley (Lv. 19:12; Nm. 30:2; Dt. 23:21).
2.1.5. Todo juramento que no usara el nombre del Señor era de menor importancia y no era necesario un cumplimiento
tan meticuloso.
2.1.6. Las gentes apoyaban sus promesas jurando por el cielo, por la tierra, por Jerusalén, o por su propia
vida: "su cabeza".
2.1.7. Si la promesa se hacía sin intención de cumplirla, o si la afirmación no era cierta,
no incurrían en el pecado de perjurio porque no se había hecho en el nombre de Dios.
2.1.8. El Señor quiere detener tal modo de actuar: "No juréis en absoluto".
2.2. El alcance del juramento hecho por el cielo (v. 34b).
2.2.1. "Ni por el cielo, porque es el trono de Dios"
mhvte ejn tw``/ oujranw``/, o{ti qrovno" ejstiVn tou`` qeou``
Ni por el cielo pues trono es - de Dios.
2.2.2. Jurar por el cielo hace obligatorio el cumplimiento y sitúa al transgresor bajo la responsabilidad
de perjurio.
2.2.3. Lo que da contenido al cielo es la presencia de Dios y el lugar de Su trono.
2.2.4. Jurar por el cielo es equivalente a jurar por Dios.
2.3. El alcance del juramento hecho por la tierra (v. 35a).
2.3.1. "Ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies"
mhvte ejn th``/ gh``/, o{ti uJpopovdiovn ejstin tw``n podw``n aujtou``
Ni por la tierra pues estrado es de los pies de Él.
2.3.2. La tierra es el estrado de los pies de Dios, en el lenguaje figurado de la profecía (Is. 66:1).
2.3.3. Dios es el Dueño de la tierra y está vinculado a ella como Creador.
2.3.4. Jurar por ella equivale a jurar por su Dueño, por tanto es un juramento hecho en el nombre de Dios.
2.4. El alcance del juramento hecho por Jerusalén (v. 35b).
2.4.1. "Ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey"
mhvte eij" =Ierosovluma, o{ti povli" ejstivn tou`` mefavlou basilevw"
Ni en Jerusalén pues ciudad es del gran Rey.
2.4.2. Los judíos sentían veneración por la ciudad por esta causa (Sal. 48:2; 87:3).
2.4.3. La ciudad también estaba relacionad con Dios mismo.
2.4.4. Él está interesado en ella y vela por cualquier juramento hecho sobre ella.
2.4.5. Jurar por Jerusalén es jurar por el Dios de Jerusalén.
3. El juramento sobre la vida propia (5:36).
3.1. La referencia al juramento.
3.1.1. "Ni por tu cabeza jurarás"
mhvte ejn th``/ kefalh``/ sou onovsh/"
Ni por la cabeza de ti jures.
3.1.2. Quienes juraban así era como si dijeran: "Que pierda mi cabeza", o "que pierda mi
vida".
3.1.3. Una grave inconsecuencia, porque el hombre no es dueño de su vida.
3.2. La prueba aportada para la prohibición de tal juramento.
3.2.1. "Porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello"
o{ti ouj duvnasai mivan trivca leukhVn poih``sai h] mevlainan.
Pues no puedes un solo cabello blanco hacer o negro.
3.2.2. Sólo Dios puede hacer esto.
3.2.3. La incapacidad humana queda en evidencia.
3.2.4. No se puede jurar por la propia cabeza sin hacerlo por Aquel que es su propia vida y bajo cuyo control y
autoridad está.
3.2.5. Quien incumple un juramento hecho por su cabeza es un perjuro, porque indirectamente ha jurado por Dios.
4. La firmeza de la palabra de un creyente (5:37).
4.1. Palabras de verdad.
4.1.1. "Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no"
e[stw deV oJ lofgos uJmw``n naiV naiV, ou] ou[
Sino que sea el hablar de vosotros sí, sí; no, no.
4.1.2. La palabra del creyente se respalda por el cumplimiento de lo que afirma o niega.
4.1.3. No debe haber una doble intención en sus palabras, que es una manera de mentir.
4.1.4. El creyente no necesita utilizar juramento para confirmar lo que dice, porque la experiencia de quienes
le conocen no permite que se dude de su palabra.
4.2. La procedencia de un modo mentiroso de hablar.
4.2.1. "Porque lo que es más de esto, del mal procede"
toV deV perissoVn touvtwm ejk tou`` ponhrou`` ejstin.
Y lo que exceda de estas cosas del maligno es.
4.2.2. La palabra mentirosa y la conducta perjura proceden del maligno.
4.2.3. Satanás es el creador e inductor de la mentira (Gn. 3:1, 4: Job 1:9-11; Mt. 4:6, 10, 11; Jn. 8:44;
Hch. 5:3; 2 Ts. 2:9-11).
4.2.4. El juramento falso es propio de quienes son mentirosos.
4.2.5. El creyente no tiene necesidad de emplear el juramento para confirmar sus palabras.
4.2.6. Cristo no prohíbe el jurar ocasionalmente, cuando le sea solicitado, especialmente ante autoridades
o tribunales, lo que prohíbe es el uso indiscriminado del juramento.
g) La injusticia (5:38-42).
1. Una ley poco comprendida (5:38).
1.1. El mandamiento expresado.
1.1.1. "Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente"
=Hkouvsate o{ti ejrrevqh: ojfqalmoVn ajntiV ojfqalmou`` kaiV ojdovnta
Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo y diente
ajntiV ojdovnto".
por diente.
1.1.2. Se conoce como la "ley del talión", la ley de las represalias (Ex. 21:24; Lv. 24:20; Dt.
19:21).
1.1.3. La ley en general está dada para proteger a los inocentes de las personas sin principios (1 Ti. 1:9-11).
1.1.4. Dios no podía estar legislando la autorización, e impulsando a la venganza personal.
1.1.5. Este mandamiento fue dado para impedir el deseo de venganza personal y controlar esas pasiones.
1.1.6. El principio de la justicia equitativa está presente en él.
(1) Nunca el castigo debe exceder a lo que es justo, en relación con el daño hecho voluntaria y conscientemente.
1.1.7. El mandamiento no se dio a las gentes, sino a los jueces, como se aprecia en los tres lugares en donde aparece,
para que administraran la justicia con equidad.
(1) En relación con los daños causados a otros (Ex. 21:22-29).
a) Se establece el principio de que no hubiera un castigo superior al daño producido.
(2) En relación con las lesiones (Lv. 24:19-20).
1) Dios no exige que se mutile al que produjo el daño.
2) Establece que la reparación sea a lo sumo como el daño causado, pero no más.
3) La ley defendía los derechos, por tanto el que la quebrantaba perdía los suyos.
(3) En relación con la protección de los inocentes (Dt. 19:15-21).
a) El testigo falso debía recibir la equivalencia del daño que pretendía cometer.
1.1.7. La ley del talión no estaba para legislar la crueldad y legalizar la venganza, sino para todo lo
contrario: manifestar la justicia en su más estricta medida.
(1) Controla que no se imponga un castigo mayor que el daño cometido.
(2) Que no sea "vida por ojo" ni "brazo por diente".
(3) La Ley determinaba el castigo para el delincuente (Ex. 21:23-25).
(4) La Ley no permitía la venganza personal (Lv. 19:18).
1.2. La enseñanza de los fariseos.
1.2.1. Los escribas y fariseos no consideraban que la ley fuera dada para los jueces y la tomaron como asunto personal.
1.2.2. Consideraban que la ley les exigía que tomasen la justicia por su mano y a rajatabla.
1.2.3. El único deber para ellos era exigir sus derechos sin misericordia, pasara lo que pasara.
1.2.4. No tenían en mente que el prójimo sufriera por esa conducta.
2. La enseñanza de Jesús (5:39).
2.1. Una aparente contradicción con la ley del talión.
2.1.1. "Pero yo os digo: No resistáis al que es malo".
ejgwV deV levgw uJmi``n mhV ajntisth``nai tw``/ ponhrw``/.
Mas yo digo os: No resistir al malvado.
2.1.2. Este mandato sólo puede ser llevado a cabo por quien ha nacido de nuevo.
2.1.3. Sólo el regenerado puede dejar de exigir sus derecho frente a quien le causa algún mal.
2.1.4. El deseo de venganza está en el corazón del hombre.
2.1.5. Sólo quien ha recibido un corazón nuevo puede dejar de exigir sus derechos.
2.2. Una actuación concreta.
2.2.1. "Antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra"
ajll= o{sti" se rJapivzei eij" thVn dexiaVn siagovna (sou),
Sino que cualquiera que te golpea en la derecha mejilla de ti,
strevyon aujtw``/ kaiV thVn a[llhn
vuélvele a él también la otra.
2.2.2. Es una advertencia contra el "yo" personal.
2.2.3. El "yo" procura siempre la autodefensa.
2.2.4. Esto genera el deseo de venganza contra el ofensor.
2.2.5. El Señor ilustra esto con la mayor ofensa entonces, un golpe dado en la mejilla con la parte externa
de la mano.
(1) Golpe sin causa y con ánimo de ofender.
2.2.6. El espíritu humano impulsa a devolver el golpe recibido, en un afán de venganza.
2.2.7. El Señor llama a un espíritu que no se ofenda fácilmente.
2.2.8. Este comportamiento puede traer una nueva ofensa como consecuencia: "vuélvele la otra mejilla".
2.2.9. Un hijo del Reino de los Cielos, encomienda la defensa de su causa al Señor y espera en Él
(Sal. 37:5-9).
3. Los derecho no exigidos (5:40).
3.1. Una situación abusiva.
3.1.1. "Y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa"
kaiV tw``/ qevlontiv soi kriqh``nai kaiV toVn citw``nav sou labei``n
Y al que quiera contigo pleitear y la túnica de ti llevarse,
a[fe" aujtw``/ kaiV toV iJmavtion
deja le también la capa.
3.1.2. El ejemplo anterior tenía que ver con la venganza, éste con las pasiones.
3.1.3. Un pleito sin fundamento, por una deuda inexistente ya que en caso contrario no sería injusta la
pretensión.
3.1.4. La ropa podía ser demandada como garantía, pero la capa había de ser devuelta a la
puesta del sol (Ex. 22:26-27).
3.1.5. El creyente no debe maravillarse de las injusticias (Ec. 5:8).
3.1.6. Jesús enseña que en vez de oponerse con resentimiento, es preferible dejar que se queden con
todo.
3.1.7. El Señor enseña que el creyente no debe odiar a quien pretende despojarlo de sus posesiones.
3.1.8. Renunciar a los derechos es una manera de expresar el amor (Fil. 2:6-8; 2 Co. 8:9).
4. El creyente ante las exigencias legales (5:41).
4.1. El planteamiento de la cuestión.
4.1.1. "Y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos"
kaiV o{sti" se ajggareuvsei mivlion e{n, u{page met= aujtou``
Y cualquiera que te obligue a llevar carga una milla ve con el
duvo.
dos.
4.1.2. Llevar las cargas de un soldado por una milla, (realmente mil pasos), era una ley romana para los ciudadanos
en territorios ocupados.
4.1.3. En ocasiones se producían abusos en la práctica legal.
4.1.4. Los "requisados" para llevar la carga se limitaban estrictamente a la distancia legal y odiaban
al que los obligaba.
4.1.5. Un ejemplo de esta práctica fue el caso de Simón de Cirene, obligado a llevar la cruz del
Señor (Mt. 27:32; Mr. 15:21).
4.1.6. Jesús enseña a aceptar esto como ayuda al prójimo, acompañándolo gustosamente
en la distancia legal y siguiendo al doble de la misma, como manifestación de amor.
4.1.7. Ante leyes injustas, el Señor enseña a aceptarlas voluntariamente.
4.1.8. Extender voluntariamente la obligación, causaría profundo impacto a quien lo observe y sería
ocasión para testimonio.
5. La generosidad (5:42).
5.1. La actitud en la limosna.
5.1.1. "Al que te pida dale"
tw``/ aijtou``ntiv se dov".
Al que pida te, da.
5.1.2. El espíritu natural lleva a retener lo que se posee y a no compartirlo con otros.
5.1.3. El Señor enseña a dar a quien tenga necesidad.
5.1.4. Los fariseos procuraban retener sus riquezas incluso a costa de la miseria de sus padres (Mr. 7:11).
5.1.5. Dios había establecido en Su ley la atención al necesitado (Dt. 15:7, 8).
5.1.6. La limosna no podía ser mezquina (Dt. 15:10).
5.1.7. Dios recompensa la generosidad (Pr. 19:17; 22:9).
5.1.8. De igual modo no bendice a quien no es ayudador del necesitado (Pr. 11:24).
5.1.9. La enseñanza prosigue luego en el N. T.
(1) La enseñanza de Santiago (Stg. 2:15-17).
(2) La enseñanza de Juan (1 Jn. 3:17-18).
5.2. La actitud en el préstamo.
5.2.1. "Al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehuses".
kaiV toVn qevlonta ajpoV sou`` dameivsasqai mhV ajpostrafh``"
Y al que quiera de ti tomar prestado no vuelvas la espalda.
5.2.2. Prestar es mejor que dar, cuando el necesitado tiene posibilidad de devolver el préstamo.
5.2.3. El préstamo resuelve el problema momentáneo y estimula a ser consciente de la necesidad, esforzándose
por restituir la deuda, según las posibilidades del deudor.
5.2.4. El Señor no pide que se ayude a quienes defraudan, sino a quienes necesitan.
5.2.5. Si hay necesidad debe acudirse en ayuda.
5.2.6. Los intereses estaban prohibidos en el préstamo a un hermano necesitado, de ahí que no fuese
fácil encontrar a quien prestase (Ex. 22:25; Lv. 25:35-36).
5.2.7. El Señor enseña el espíritu generoso que atiende a las necesidades del prójimo.
h) El amor (5:43-48).
1. Una manera limitada de amar (5:43).
1.1. La enseñanza tradicional.
1.1.1. "Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo"
1.1.2. El amor al prójimo está establecido en la Ley (Lv. 19:18).
1.1.3. Los escribas no solían citar todo el mandamiento, omitiendo la frase final: "cómo a ti
mismo".
(1) Los había honestos que cuidaban de citar el texto completo (Mr. 12:32-33; Lc. 10:25-27).
1.1.4. El concepto de "prójimo" era muy limitado.
(1) Para los más generosos se refería sólo a los israelitas.
(2) Otros lo reducían a sus amigos.
(3) Los fariseos consideraban así a quienes guardaban la ley, despreciando al resto a quienes llamaban pecadores.
1.1.5. La segunda parte establecía aborrecer a los enemigos.
1.1.6. Lo tomaban como mandamiento genérico de algo que era puntual y concreto (Dt. 23:3-6).
(1) Los hijos de Amón y Moab eran descendientes de las hijas de Lot, por incesto con su padre (Gn. 19:33-38).
(2) Eran parientes de los israelitas.
(3) Se opusieron al pueblo de Dios en el desierto negándoles el paso por sus tierras y la adquisición
de alimentos y agua.
1.1.7. Los fariseos habían creado un mandamiento integrando los dos.
1.1.8. Enseñaban a amar sólo a los amigos y aborrecer a cualquiera que no les resultara simpático,
considerándolo como enemigo.
2. La enseñanza de Jesús (5:44).
2.1. Un mandamiento extraño para aquel tiempo.
2.1.1. "Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os
aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen".
ejgwV deV levgw uJmi``n: ajgapa``te touV" ejcqouV" uJmw``n kaiV
Mas yo digo os: Amad a los enemigos de vosotros y
proseuvcesqe uJpeVr tw``n diwkovntwn uJma``".
orad por los que persiguen os.
2.1.2. No sólo se establece el mandamiento de amar, sino que se especifica quienes deben ser objeto de amor.
2.1.3. Deben ser amados quienes no son dignos de ello.
2.1.4. No son enemigos teóricos sino reales.
2.1.5. Se expresan claramente las acciones que los definen.
(1) Os maldicen.
(2) Os aborrecen.
(3) Os ultrajan.
(4) Os persiguen.
2.2. La expresión del amor.
2.2.1. No es algo teórico sino real (1 Jn. 3:18).
2.2.2. No es suficiente conque no haya en el creyente deseo de venganza contra los tales, es preciso amarles.
2.2.3. Cuando maldigan, deben ser bendecidos.
(1) Quiere decir que no se debe hablar mal de ellos.
2.2.4. A los que aborrecen se les debe restituir bien, en lugar de mal.
(1) La enseñanza general de la Escritura (1 P. 3:19; Ro. 12:17, 20, 21).
2.2.5. Para quienes ultrajan debe haber oración de intercesión por ellos.
(1) El ejemplo del Señor (Lc. 23:34).
(2) El ejemplo de Esteban (Hch. 7:60).
3. La razón de esa actuación (5:45).
3.1. La expresión de la relación con Dios.
3.1.1. "Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos"
o{pw" gevnhsqe uiJoiV tou`` patroV" uJmw``n tou`` ejn oujranoi``".
Para que así seáis hijos del Padre de vosotros el que en cielos.
3.1.2. Quien llama Padre a Dios debe manifestar la condición de hijo.
3.1.3. Sólo es Padre cuando el hijo ha sido engendrado por Él en el nuevo nacimiento (1 Jn. 5:18).
3.1.4. La evidencia del nuevo nacimiento se expresa en un obrar semejante al de Dios (1 Jn. 4:17).
3.1.5. El amor de Dios se perfecciona en el creyente impulsándolo a amar (1 Jn. 4:12).
3.1.6. No se ama "para ser" hijos de Dios, en el sentido de llegar a esa condición por medio de
un esfuerzo de amor, sino que el amor expresa la condición de hijo de Dios.
3.1.7. Tal posición se alcanza por fe (Jn. 1:12).
3.2. El ejemplo del amor de Dios.
3.2.1. "Que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos"
o{ti toVn h{lion aujtou` ajnatevllei ejpiV ponerouV" kaiV ajgaqouV"
Pues el sol de Él hace salir sobre malvados y buenos,
kaiV brevcei ejpiV dikaivou" kaiV ajdivkou".
y llueve sobre justos e inicuos.
3.2.2. Dios no distingue en su compasión.
3.2.3. "Su" sol, también sale sobre los malos.
(1) Como Dueño del sol podía impedir que brillara sobre ellos.
3.2.4. La lluvia es enviada también sobre el campo de los injustos para que fructifique.
3.2.5. El amor de Dios excede a todo conocimiento (Ef. 2:14-19).
(1) Su anchura comprende a todos (Lc. 19:10; 1 Jn. 4:10).
(2) Su longitud lo hace inmutable (Lam. 3:22-23).
(3) Su profundidad alcanza al más miserable con Su gracia (Jn. 3:16).
(4) Su altura eleva al salvo a Su presencia (Ef. 2:6).
4. El modo de amar desinteresado (5:46).
4.1. La enseñanza.
4.1.1. "Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No
hacen también lo mismo los publicanos?"
4.1.2. Los fariseos despreciaban a los publicanos y los consideraban como pecadores perdidos, por tanto no eran
dignos de ser tenidos como ejemplo en nada.
4.1.3. Amar por ser amado es la correspondencia natural del hombre.
4.1.4. Sigue la inclinación natural.
4.1.5. Busca su propio interés.
4.1.6. El creyente supera con creces esa relación natural mediante el ejercicio del amor desinteresado.
4.1.7. Quienes aman de otro modo ya tiene su recompensa en el amor que les es correspondido.
4.1.8. El creyente será recompensado por Dios, no debiendo esperar recompensa en la tierra por su buen obrar.
4.1.9. Quienes no incluían en su amor a los enemigos se equiparaban con las gentes que despreciaban, haciendo
lo mismo que ellos, "los publicanos".
5. La extensión de la enseñanza (5:47).
5.1. Las palabras de Jesús.
5.1.1. "Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más?
¿No hacen también así los gentiles?"
kaiV ejaVn ajspavshsqe touV" ajdelfouV" uJmw``n movnon, tiv
Y si saludáis a los hermanos de vosotros solamente ¿qué
perissoVn poiei``te; oujciV kaiV oiJ ejqnikoiV toV aujtoV poiou``sin;
de más hacéis? ¿acaso no también los gentiles lo mismo hacen?
5.1.2. Se trata de una pregunta reflexiva.
5.1.3. Los judíos, especialmente los escribas y fariseos, despreciaban a los gentiles, a quienes llamaban
"perros".
5.1.4. Cristo quería hacerles reflexionar sobre las cosas en que superaban la conducta de los gentiles,
ya que ellos conocían a Dios, pero no tenían un comportamiento consecuente con ese conocimiento.
5.1.5. Dios hizo por los suyos más que por ningún otro, amándolos sin razón alguna
para ello.
5.1.6. Dios espera de sus hijos más que de los demás.
6. La conclusión (5.48).
6.1. Un mandamiento establecido.
6.1.1. "Sed, pues, vosotros perfectos"
[Esesqe ou^^ uJmei``" tevleioi
Seréis pues, vosotros perfectos.
6.1.2. Estaba también en armonía con lo establecido en la Ley (Lv. 19:2).
6.1.3. Dios establecía que Su pueblo fuese perfecto delante de Él (Dt. 18:13).
6.1.4. No estaba demandando un perfeccionismo que los hiciera impecables, cosa imposible para los hombres, sino
que alcanzasen la madurez que corresponde a un hijo de Dios.
6.1.5. Este ya no anda conforme a la carne, sino según el Espíritu (Ro. 8:4; Gá. 5:16).
6.2. Un ejemplo sublime.
6.2.1. "Como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto"
wJ" oJ pathVr uJmw``n oJ oujravnio" tevleiov" ejstin.
como el Padre de vosotros el celestial perfecto es.
6.2.2. Expresado en un amor generoso y desinteresado que comprende a todos.
6.2.3. Perdona y tiene compasión (Dn. 9:9).
6.2.4. Es el admirable Dios, bueno para con todos (Sal. 145:9).
APLICACIÓN PERSONAL
1. En relación con la enseñanza sobre el adulterio.
1.1. Dios exige una vida santa para el creyente.
1.2. La Escritura enseña a evitar todo aquello que pueda despertar pasiones desordenadas.
1.3. La enseñanza de Cristo exhorta a eliminar de la vida cualquier cosa que pueda conducir a la caída
(2 Co. 7:1).
1.4. El creyente debe tener en cuenta el precio que Dios pagó a causa del pecado.
1.5. El ideal cristiano es el de una vida apartada de toda especie de mal (Col. 3:1-7).
1.6. El creyente no debe proveer para los deseos de la carne (Gá. 5:16).
1.7. Dios ha dado poder para hacerlo (Ro. 8:12-14).
2. En relación con el divorcio.
2.1. El creyente debe entender claramente que el divorcio es repudiado por Dios y nunca entró en el propósito
divino para el matrimonio.
2.2. El repudio fue dado a causa de la dureza del corazón, el creyente ha sido regenerado y dotado de un
corazón nuevo.
3. Los juramentos.
3.1. Un pasaje importante (Stg. 5:12).
3.2 El verdadero creyente no tiene necesidad de jurar debido a que su palabra debe ser siempre verdadera.
3.3. La mentira no tiene que ver sólo con el modo de hablar, sino especialmente con el modo de vivir.
4. El cristiano y las ofensas recibidas.
4.1. Nadie debe devolver con mal el daño recibido (Ro. 12:17-21).
4.2. El defensor de los derechos del creyente es Dios mismo (Sal. 37:5-9).
4.4. El creyente debe evitar el acudir a los tribunales ordinarios contra sus hermanos, antes ser capaz de sufrir
el ultraje (1 Co. 6:1, 2, 4, 7).
5. El interés por las necesidades del prójimo.
5.1. El amor sincero se manifiesta de este modo (1 Jn. 3:16-18).
5.2. El ejemplo de Cristo debe mover a ello (2 Co. 8:9).
5.3. La advertencia del apóstol debe servir para reflexión (1 Jn. 1:6).
PREGUNTAS DE REPASO PARA EL ESTUDIO 4
1. ¿Qué clase de institución es el matrimonio?
2. ¿Quién determinó la condición indisoluble del matrimonio?
3. ¿Cuál es la prohibición concreta en relación con el matrimonio según el v.
27?
4. Da una cita del N. T. que enseñe la condición "honrosa" del matrimonio.
5. ¿Qué entendían los fariseos por adulterio?
6. ¿Cómo debe actuarse frente a ese problema?
7. ¿Qué es el matrimonio?
8. ¿Qué enseñaban las dos escuelas rabínicas sobre el divorcio?
9. ¿Quién se constituye en testigo de cargo ante la ruptura del pacto matrimonial, según Malaquías
2:14?
10. ¿Establece Cristo alguna excepción por la que pueda procederse al divorcio'
11. La palabra "fornicación", ¿puede comprender un pecado de infidelidad o de adulterio?
12. ¿Qué exigía la Ley en caso de adulterio?
13. ¿Qué significado puede darse a la luz de la enseñanza general de la Biblia, sobre lo que
Cristo quiso decir con la expresión "por causa de fornicación"?
14. ¿Tiene raíces profundas en el A. T. La práctica del juramento?
15. ¿Por quién establece Dios que se ha de jurar?
16. Cita algunos ejemplos de hombres de Dios que hayan usado de juramento.
17. ¿Qué consecuencias trae el juramento?
18. ¿Cuál es la enseñanza de Jesús sobre el juramento?
19. ¿Qué significa la "ley del talión"?