Estudios Bíblicos en Siguiendo sus Pisadas |
¿Te has preguntado cuál es tu meta en la vida?, seguramente
que cualquiera que sea tu meta, eso que deseas es algo que te hará sentir bien, y si lo analizas a fondo,
descubrirás que tu meta es ser feliz. El ser humano aun de forma inconsciente busca constantemente la felicidad.
Cada cual, tiene su propio concepto de felicidad, hay quienes se conforman con encontrar trabajo, o bien casarse,
o tener dinero, o tener salud, o quizá un maravilloso viaje, en fin, los objetivos que el ser humano persigue
son tan variados, incluso hay quienes una vez que logran lo que se proponen, quedan insatisfechos y buscan algo
más.
La verdad es que los seres humanos no tenemos la capacidad para brindarnos la felicidad, hay quienes equivocan
fatalmente el camino recurriendo al alcohol, a las drogas, a prácticas inmorales, al fanatismo religioso,
etc., y todo por estar bien, ¡por ser felices!.
La Biblia dice que "cosas que ojo no vio ni oído oyó, ni han subido al corazón del hombre
son las que Dios tiene preparado para los que le aman" (1ª Corintios 2:9), y ¿qué es esto
sino la completa felicidad? Esta es tal que nadie puede siquiera imaginar su intensidad. Este estado feliz va de
la mano con la paz, ya que no se puede ser feliz cuando se está atribulado del espíritu, y ¿cuántas
veces no sabemos de personas que aparentemente lo tienen todo y sin embargo no tienen paz y por lo tanto no son
felices?, Aún nosotros mismos cuando atravesamos una situación difícil que nos provoca angustia
que incluso no nos deja dormir, no tenemos paz en el corazón y por lo tanto no podemos ser felices. Luego
entonces que debo hacer, ¿cómo lograr esa paz y esa anhelada felicidad?.
Hay una escena muy común en los países pobres, esto es, observar en las calles a madres muy humildes
con bebés en sus brazos o en su espalda, o por ahí cerca de ellas protegidos por la sombra mientras
ellas venden algo, o piden dinero para subsistir, mientras que los bebés duermen plácidamente o juguetean
por ahí muy tranquilos y en paz, sus preocupaciones no son mayores, en su inocencia no tienen mayores deseos
que comer y vivir, y saben que su madre les va a proveer lo necesario, no saben como lo hará, pero saben
que lo hará, es decir, confían ciegamente en su madre. Estoy seguro que has visto esta escena alguna
vez, y esto me recuerda las palabras de un Pastor que dijo: "La felicidad del Cristiano no depende de las
circunstancias, sino de una completa y continua comunión con Dios", esto es entendible si comprendemos
que Dios es nuestro Padre Amoroso que ve por nosotros, nos proveerá de lo necesario y nos protegerá
del mal, así que si la misma confianza que tienen esos pequeños en sus madres, nosotros la tuviéramos
en Dios, entonces sabríamos lo que es vivir en paz en medio de las adversidades y las tribulaciones, porque
sabríamos en quien hemos confiado.
Dice la palabra de Dios en el Salmo 37:5 "Encomienda al Señor tu camino, confía en Él;
y Él hará", Jesucristo mismo nos invita a depositar en Él nuestras cargas, nuestras preocupaciones,
nuestro dolor, nuestros temores, nuestra ansiedad, todo, absolutamente todo en Él cuando dice: "Venid
a mi todos los que estéis trabajados y cargados que yo os haré descansar"(Mateo 11:28), Él
mismo dijo, "Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá" (Mateo
7:7), Dios, el dueño y creador del universo nos puede dar esa felicidad que buscamos si confiamos en Él,
si tenemos fe en Él.
La Paz que Dios ofrece rebasa los límites de nuestro entendimiento, es una Paz diferente a la que nuestra
lógica concibe, es una paz divina que hace que una persona sea feliz sin importar las circunstancias que
lo rodean.
Es mi deseo que tu experimentes esa Paz que Dios te ofrece, si no la tienes reflexiona en el pasaje de Filipenses
4:6-7 "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración
y ruego con acción de gracias, y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardará vuestros
pensamientos y vuestros corazones en Cristo Jesús". Estoy seguro que una vez que te pongas por completo
en las manos de Dios vas a encontrar la felicidad que tanto anhelas.
Dios te bendiga