ESTUDIO 4
EL ACREEDOR Y LOS DOS DEUDORES
Pasaje: Lc.7:41-43.
OBJETIVOS DEL ESTUDIO
1. Conocer con la precisión del relato bíblico, la parábola del acreedor y los dos deudores.
2. Llegar a conocer la razón de la misma y la lección que Cristo quiso enseñar por medio de ella.
3. Alcanzar el conocimiento de la enseñanza para la vida del creyente en el tiempo presente.
4. Que el estudio traiga como consecuencia un ajuste de la vida personal a las demandas de la Escritura.
TAREAS
1. Dedicar tiempo a la oración pidiendo la ayuda y dirección del Señor sobre el estudio, así como la iluminación espiritual necesaria para un claro discernimiento.
2. Leer el pasaje propuesto varias veces y, a ser posible, en versiones diferentes.
3. Estudiar la parábola sin ayuda alguna, anotando las conclusiones que se alcancen y las lecciones prácticas a que se llegue.
4. Volver a estudiarla con ayuda de las notas y contrastar los resultados.
5. Responder a las preguntas de repaso.
INTRODUCCION
El evangelio según S. Lucas es abundante en parábolas que enfocan esencialmente el tema de la gracia, el amor, el perdón y la condescendencia. La presente es un ejemplo claro de ello. Un erudito bíblico el Dr. Salmond, escribe estas palabras sobre esta peculiaridad del evangelio según S. Lucas: "Es muy característico de él seleccionar para su narración aquellos incidentes y discursos que hablan más elocuentemente de Jesús como el Amigo de todos los pecadores, incluso de los más depravados, el Compañero y Sanador de todas las almas, aun de las más enfermas y heridas... Es Lucas, sobre todos los demás, quien representa al Hijo del Hombre como el Médico cuyo gozo es permitir que se le acerquen los más enfermos y abrumados para poder hacer la obra del médico entre ellos. Asimismo, es entre las parábolas características del tercer evangelio donde hallamos las que más merecen ser descritas como la misma poesía y quintaesencia del evangelio del perdón y del amor divino. Y la gracia de su forma se iguala a la gracia de su contenido. Su sencillez, ternura, y belleza son inimitables".
I. LA PARABOLA DEL ACREEDOR Y LOS DOS DEUDORES
1. Ocasión.
1.1. Con motivo de la invitación a comer en casa de Simón, un fariseo. (7:36).
2. Los personajes.
2.1. El fariseo.
2.1.1. No reconocía a Cristo ni siquiera como un profeta (7:39).
2.1.2. Era un orgulloso, hasta el punto de considerar indigna la proximidad de la mujer pecadora (7:39).
2.1.3. Era un descortés con Cristo, al no cumplir con El las más elementales normas sociales con su invitado (7:44-46).
(1) No había dispuesto lo necesario para lavar sus pies (v.44).
(2) No lo había saludado con un beso, como era habitual con un invitado (v.45).
(3) No había dispuesto perfume aromático como era costumbre en esa ocasiones (v.46).
2.2. La mujer.
2.2.1. No pudo haber sido María de Betania, la hermana de Lázaro.
2.2.2. Se le llama "pecadora" (7:39).
2.2.3. No debe ser confundida con María Magdalena.
2.2.4. No se da el nombre de la mujer.
2.2.5. Se trataba de una mujer de mala reputación.
2.2.6. Es posible que no fuera una prostituta, pero sus pecados eran notorios en la ciudad.
2.2.7. Posiblemente había ya dejado la práctica del pecado por las muestras de arrepentimiento que manifiesta (7:38)
2.2.8. No había sido invitada a la cena, sino que apareció en ella (7:37-38).
2.2.9. Una mujer humillada y arrepentida (7:38).
(1) Se colocó tras Jesús, a sus pies.
(2) Llora copiosamente, hasta "regar" los pies de Cristo.
(3) Utiliza como toalla lo más importante que una mujer tenía entonces, el cabello
(4) Evidencia su arrepentimiento mediante el llanto por sus pecados.
2.2.0. Una mujer agradecida.
(1) Amaba mucho (7:42,47).
(2) Besaba los pies de Cristo (7:38).
(3) Derramaba sobre ellos perfume de alto precio (7:38).
2.3. Los invitados a la cena.
2.3.1. Pensaban incorrectamente de Cristo, considerándolo como un atrevido o un blasfemo, al perdonar los muchos pecados de la mujer (7:47).
3. La enseñanza.
3.1. El amor y gratitud hacia Dios está en razón directa de la apreciación sobre lo que El hizo al perdonar la deuda del pecado.
3.2. Todo hombre es deudor ante Dios y sin posibilidad de cancelar la deuda contraída (v.42).
3.3. El pecador no puede pagar con el arrepentimiento por lo pasado, ni con su justicia para el presente (Is.64:6).
3.4. El pecador no puede comprometerse con la obediencia futura por estar atado en la esclavitud del pecado y muerto en él (Ef.2:1).
3.5. El perdón es por pura gracia (Ef.2:8).
3.6. En la medida en que se pueda apreciar lo que Dios ha hecho, así habrá una manifestación real de amor hacia él.
4. Interpretación.
4.1. El acreedor representa a Dios.
3.1.1. Acreedor por todo lo que ha dado al hombre.
4.2. Los dos deudores.
4.2.1. Representan a los hombres.
4.2.2. Unos deben, a la justicia divina, un cifra mayor por las muchas acciones impías cometidas, otros menor, pero ninguno deja de ser deudor.
4.2.3. Los dos deudores eran insolventes (v.42).
(1) Del mismo modo el hombre delante de Dios no puede pagar por sí mismo la deuda contraída.
4.3. La consecuencia de una obra de gracia.
4.3.1. El acreedor cancela y perdona la deuda a ambos.
4.3.2. Esa acción debiera disponer a los dos deudores para amarle por lo recibido.
4.3.3. Expresará más amor aquel a quién se le perdonó más.
APLICACION PERSONAL
1. Una condición semejante.
1.1. Todo hombre es pecador delante de Dios (Rom.3:9,22b,23).
1.2. El pecador está en un estado de muerte espiritual (Ef.2:1-3)
1.2.1. Por esa razón está incapacitado, absolutamente, para hacer nada en relación con su salvación (Rom.8:7-8).
1.3. Está separado de Dios, esto es, lejos de El por su pecado (Is.53:4).
1.4. El pecador está bajo el juicio de Dios.
1.4.1. Rebelde por naturaleza propia (Ef.2:1).
(1) La desobediencia es propia de la naturaleza heredada.
1.4.2. Bajo la ira divina por el pecado (Rom.2:2-9; 3:9-20).
1.5. El resumen de este estado (Ef.2.12).
2. La actuación divina.
2.1. Dios cancela la deuda del pecado.
2.2. Lo hace por gracia (Ef.2:8).
2.3. A diferencia de la parábola en que el acreedor se limita a no cobrar la deuda pendiente, Dios exige el pago de la deuda del pecador, a su Hijo (1.P.2:24; 3:18).
2.3.1. La deuda es cancelada mediante la muerte de Cristo en la cruz (1.P.1:18-20).
2.4. El Acreedor Divino es movido en todo esto por su propio amor (Jn.3:16; Ef.2:4).
2.5. La cancelación de la deuda es definitiva (v.42).
2.6.1. Perdón de todos los pecados (Col.1:14; 2:13).
2.6.2. Nunca más será demandada (Rom.8:1).
2.6.3. Una seguridad cierta (Jn.10:27-30; Rom.5:1).
3. Las consecuencias que debieran producir.
3.1. El creyente que sabe hasta donde ha sido perdonado, estará en disposición de amar a Dios por lo recibido de El (1.Jn.4:19).
3.2. El creyente ama por el perdón recibido, no recibe el perdón por haber amado (v.47).
3.3. El amor de Dios es el impulso que el creyente necesita para una entrega incondicional a El (Rom.12:1).
3.4. El creyente debe vivir para Aquel que le amó (2.Co.5:15).
3.5. El verdadero amor se expresa en obediencia (Jn.14:15,21,23,24).
4. El creyente debe ser una persona humilde.
4.1. Su lugar de honor está a los pies de Cristo (v.38).
4.2. La humildad es un vínculo común entre el creyente y el Señor (Mt.11:29).
4.3. La humildad es la condición indispensable para ser usado por Dios (Is.66:2).
4.4. El creyente ha de vivir en humildad, dispuesto a servir como lo hizo también su Señor (Fil.2:5).
4.5. El creyente debe tener una correcta valoración de sí mismo (Rom.12:3; 1.Co.15:10).