ESTUDIO 8
EL RICO INSENSATO
Pasaje: Lc.12:13-21.
OBJETIVOS DEL ESTUDIO
1. Conocer la parábola del "rico insensato", según el relato del evangelio.
2. Establecer las razones por las que Cristo la pronunció.
3. Determinar el significado de la misma.
4. Asegurarse en la aplicación personal de la misma.
TAREAS
1. Dedicar tiempo a la oración pidiendo la ayuda del Señor para el estudio y su aplicación a la vida personal.
2. Leer el pasaje propuesto varias veces y, a ser posible, en versiones diferentes.
3. Estudiar el texto bíblico sin ayuda alguna, procurando establecer el significado y la aplicación
de la parábola.
4. Estudiarlo nuevamente con ayuda de las notas y contrastar los resultados obtenidos.
5. Responder a las preguntas de repaso.
INTRODUCCION
Las multitudes acudían a oír a Jesús, cada vez en mayor número, hasta el punto que ya deben ser contadas por millares (v.1). Por la mañana habían venido en gran cantidad para escuchar sus palabras (11:29); luego el Señor se retiró para comer en casa de un fariseo (11:37), y una vez concluida la comida, las multitudes volvieron congregarse para oír el "sermón de la tarde", a pesar de la reprensión pronunciada en las palabras de la mañana (11:29). Cristo quiso advertirles la hipocresía (vv.1-11), y sobre la codicia de bienes materiales (vv.13-34).
La pregunta formulada al Señor (v.13) tiene mucha importancia. La obligación era consultar a los sacerdotes sobre las cuestiones legales, pero cuando viniera el Mesías, entonces sería a Él a quién le correspondería juzgar, como lo enseña el Salmo (Sal.72:2). Cristo había venido como el Mesías, pero estaba siendo rechazado por toda la nación. No iba a imponer sus decisiones, ya que en ese momento estaba siendo el siervo de la nación -según el anuncio de la profecía- de ahí la respuesta que le da el Señor (v.14).
I. LA PARABOLA DEL RICO INSENSATO (12:16-20).
1. La ocasión.
1.1. Con motivo de las enseñanzas ante las multitudes.
2. La enseñanza.
2.1. La parábola ilustra la inconsecuencia de poner el corazón en las riquezas temporales, viviendo en la codicia.
2.2. Los fariseos procuraban disponer de muchas posesiones.
2.2.1. Dios había prometido bendiciones materiales para quien fuera fiel (Dt.28).
2.2.2. Ellos interpretaban, por tanto, que cuantas más riquezas tuvieran, más evidente sería, a los ojos del pueblo, que eran hombres que gozaban del agrado de Dios.
2.2.3. El pensamiento de los judíos se expresaba en una frase que decía: "A quién Dios ama, lo hace rico".
2.2.4. Esta forma de pensar hacía que muchos desearan codiciosamente las riquezas, para lo cual eran capaces
de cometer injusticias contra sus propios familiares.
2.3. El Señor va a contestar, con la parábola, a dos preguntas.
2.3.1. "¿Es malo desear las posesiones materiales?"
2.3.2. "¿Hasta donde podemos llegar en el deseo de obtenerlas?" de las tales?".
3. La interpretación.
3.1. Un necio (v.20).
3.1.1. La parábola no da pie para pensar que este hombre fuera un hombre inmoral, o que hubiera adquirido sus riquezas fraudulentamente.
3.1.2. Era un necio ateo, por cuanto pensaba que lo que tenía había sido total e íntegramente
conseguido por él, sin mencionar para nada la intervención divina que lo hizo posible.
(1) Se olvidaba que detrás del fruto de sus campos, estaba la lluvia y las semillas que eran dadas por Dios.
(2) No se consideró como mayordomo de Dios, no le glorificó, ni le reconoció como el dador
de todo. (Hch.14:17)
(3) Con su actitud hablaba como un necio (Sal.14.1).
a) En el texto hebreo se lee: "Dijo el necio ¡Ningún Dios!", es decir, no necesito a Dios.
3.1.3. Eran un necio rico (vv.16-17)
(1) Sus campos habían producido abundantemente.
(2) Los graneros habían quedado muy pequeños para almacenar todo cuanto había cosechado.
(3) Tenía mucho, pero estaba preocupado y ansioso.
a) La pregunta que formula lo expresa con toda claridad (v.17).
b) Es la pregunta natural de un mendigo frente a su infortunio, pero no la propia de un rico en abundancia.
(4) La abundancia era lo que no dejaba dormir a este rico avaro.
a) Se había convertido en un desventurado de tanto cavilar sobre lo que haría con sus posesiones.
3.1.4. Era un necio egocéntrico.
(1) Nótese las muchas expresiones en adjetivos posesivos en primera persona: "mis graneros", "mis frutos", "mis bienes".
(2) Su necedad le llevaba a considerar como suya hasta su propia vida: "mi alma" (v.19).
3.1.5. Era un necio ambicioso (v.19).
(1) Su preocupación en edificar graneros, no era para poder compartir con otros, sino solamente para su deleite.
(2) El objetivo que perseguía con la edificación de sus graneros era la seguridad para muchos años.
(3) El amor a la comodidad y el descuido de la voluntad de Dios, quien ordenó que, por su propio bien, el
hombre debe trabajar asiduamente (Gn.2:14; 3:19).
(4) El anhelo de satisfacer los deseos de la carne comiendo, bebiendo y regocijándose neciamente.
3.2. La sentencia divina (v.20).
3.2.1. Señala al necio como un perdido.
3.2.2. Señala la pobreza de ese necio, quien pesaba que tenía todo, pero no tenía el control
del tiempo de su existencia.
(1) Mientras él decía "para muchos años", Dios dijo: "esta noche".
3.2.3. Señala la triste esperanza del rico necio: "lo que has provisto, ¿de quien será?"
(1) La misma enseñanza (Ec.2:17-19).
3.2.4. Señala la condición de ese hombre como de un insensato, ya que Dios utiliza el calificativo de "necio" para dirigirse a él.
3.2.5. Señala la sentencia de muerte sobre él: "esta noche vienen a pedirte tu alma".
3.3. La aplicación de Cristo (v.21).
3.3.1. De este modo ocurre al que se comporta como el necio.
3.3.2. Así es el que "atesora para si", pero no es rico en Dios.
APLICACION PERSONAL
1. La vida del hombre no está en sus posesiones materiales (v.15).
1.1. La Escritura no enseña que sea malo tener posesiones; lo malo es vivir para esas posesiones.
1.2. El pecado está en un corazón ansioso por lo que posee que planifica al margen de Dios (v.21).
1.3. Es interesante el contraste: hay quien busca tesoros materiales para sí, pero no tiene ninguna riqueza
para con Dios.
1.3.1. Una buena ilustración de esta verdad (Ap.3:17).
1.4. Quién anhela las riquezas temporales, inquietándose por conseguirlas, está actuando como el necio de la parábola.
1.4.1. Especialmente al no ser dueño de su futuro y desconocer para quien será todo lo suyo (Jer.17:11).
1.5. Los que quieren "ganar la vida" de este modo, están "perdiendo su vida" según Dios (Lc.9:24).
1.5.1. Hay creyentes que sacrifican sus compromisos familiares y eclesiales, e incluso los espirituales más profundos, para dedicarse a adquirir posesiones, dejando a su muerte todo lo que, con tanta dificultad ganaron, para que otros lo malgasten (Sal.39:6; 9:6-9; Ec.2:18-23; Job.27:17-23).
2. La parábola tiene una aplicación directa al creyente (v.22).
2.1. Hay una referencia directa a sus discípulos.
2.2. La exhortación es esta: "guardaos de la avaricia".
2.3. El hombre de Dios ha de huir de estas cosas (1.Ti.6:9,10,11).
3. Los afanes y sus problemas.
3.1. La enseñanza clara (v.22).
3.2. La parábola contiene una amonestación contra la avaricia, más corriente entre los que
tienen riquezas.
3.3. Cristo previene contra la forma más común entre los que no las tiene, la ansiedad por adquirirlas
3.3.1. Si Dios nos ha concedido todo lo principal, debemos estar seguros que nos concederá también lo secundario (vv.24,28).
3.4. La ansiedad sobre las cosas materiales, aunque sean las más necesarias para la vida, son indignas de los hijos de Dios (vv.29,30).
3.5. La ansiedad por las cosas temporales, es la característica más destacada de las gentes del mundo,
pero no de los hijos de Dios.
3.6. El creyente debe poner la mira en las cosas de arriba (Col.3:1).
3.7. Los asuntos importantes, a los que el creyente ha de prestar la máxima atención, son los celestiales
(v.31).
3.8. Una seguridad cierta (Fil.4:19).
3.8.1. Así lo expresó también el Señor (v.32).
3.8.2. El Pastor del cielo está permanentemente interesado en el bienestar de sus ovejas (Sal.23:1; 74:1;
95:7; 100:3).
4. La verdadera riqueza (v.33).
4.1. Enseña la disposición de estar en condiciones de desprenderse sin preocupación de lo temporal, para atender a los asuntos espirituales.
4.2. La vida que se vive buscando lo temporal, es una vida perdida delante de Dios; mientras que por el contrario
vivir para Dios es adquirir tesoros celestiales que no perecerán jamás (Ap.14:13).
4.3. Los tesoros celestiales enriquecen eternamente (v.33).
4.3.1. No se agotan (1.P.1:3-4).
4.3.2. No pueden ser robados.
4.3.3. No se echan a perder con el paso del tiempo.
4.4. Donde está el tesoro, allí está puesto el corazón (v.34).
4.4.1. Merece la pena un examen de nuestra propia situación en relación con nuestros intereses.
4.4.2. El corazón es el motor que impulsa el sistema de vida, por tanto hemos de investigar con qué
asuntos está lleno.
4.5. El test de la vida cristiana (Fil.4:8).
5. Una decisión sabia que debe ser tomada con relación a las prioridades de la vida cristiana (Fil.3:18).
PREGUNTAS DE REPASO PARA EL ESTUDIO 8
1. ¿Qué ilustra la parábola del rico necio?
2. ¿Hay alguna evidencia en la parábola que nos permita afirmar que el rico necio era un ser inmoral y que sus posesiones habían sido adquiridas por medios ilícitos?
3. ¿Es malo ser rico?
4. ¿Cómo estaba en su ánimo el rico necio frente a las abundantes cosechas de que disponía?
5. ¿Con qué palabras expresaba su inquietud?
6. ¿De quienes son propias esas palabras?
7. ¿Por qué palabras de la parábola podemos afirmar que el rico necio era un egocéntrico?
8. ¿A qué pensaba dedicar sus bienes el rico?
9. La pregunta del versículo 20 aparece también en el libro de Eclesiastés, indica la referencia en donde se encuentra.
10. Además de sus bienes materiales, el rico pensaba estar en posesión de otra cosa, ¿qué era?
11. Da la cita en la que Pablo afirma que lo puede todo en Cristo.
12. ¿Cuál es la verdadera riqueza según el v.33?